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La Tribuna

Chile registra 135 mil nacimientos al año y enfrenta una deuda en salud mental materna según experta

por Stephanie Ramírez M.

"Es clave reflexionar sobre la urgencia de garantizar espacios de contención, cuidado y escucha para cada madre, reconociendo que su bienestar emocional individual es también parte fundamental de una sociedad más justa y saludable", precisa la especialista en Perinatología, Claudia Fernández Cantillana.

En su análisis, la especialista pone en tela de juicio la efectividad del entorno actual para sostener la maternidad en Chile. / Contexto

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, durante 2024 se registraron 135.539 nacimientos en Chile. Una cifra que, si bien suele interpretarse como una señal de alerta frente a la disminución de la natalidad, exige una mirada más profunda y humana: la salud mental de las madres que protagonizan cada uno de esos nacimientos.

En el Día de las Madres que se celebra este 10 de mayo, la matrona y especialista en Perinatología, Claudia Fernández Cantillana, plantea una reflexión crítica en torno al escenario actual. 

La especialista hace un llamado a reconocer el posparto como un periodo de alta vulnerabilidad emocional, donde la contención y el cuidado deben ser prioridad.

"Son 135 mil mujeres que comienzan a transitar una etapa profundamente transformadora y vulnerable de sus vidas, llena de desafíos emocionales, físicos, sociales y mentales", plantea Fernández.

El diagnóstico no es alentador

Un estudio nacional de 2021 sobre salud mental en el periodo perinatal reveló que un 20,5% de las madres presenta depresión a las ocho semanas postparto, y un 41,3% desarrolla síntomas ansiosos o depresivos entre los dos y tres meses posteriores al parto. Este panorama no solo afecta a la madre, sino también al desarrollo socioemocional del recién nacido.

En su análisis, la académica pone en tela de juicio la efectividad del entorno actual para sostener la maternidad en Chile. Entre las barreras más evidentes señala la desigualdad en las licencias parentales, la escasa cobertura en educación parvularia, la precariedad laboral y la discriminación hacia madres trabajadoras.

"La maternidad no puede ni debe transitarse en soledad. Tenemos una responsabilidad colectiva: las organizaciones, las políticas públicas, los equipos profesionales y la comunidad entera deben acompañar y facilitar esta vivencia", subraya.

Finalmente, Fernández llama a un cambio cultural profundo. A comprender que cuidar a una madre es cuidar a un niño, a una familia y a la sociedad en su conjunto. Reconocer la diversidad de maternidades -adolescentes, migrantes, solas, en duelo o en contextos de violencia- es esencial para avanzar hacia una sociedad más justa y empática.

Claudia Fernández Cantillana. / Gentileza | UNAB
Claudia Fernández Cantillana. Gentileza | UNAB

Cada maternidad y cada madre es única. Existen madres en duelo, sin redes de apoyo, madres con bebés enfermos o prematuros, madres migrantes que enfrentan barreras culturales y lingüísticas, o aquellas que deben volver al trabajo antes de estar emocional y físicamente preparadas, apunta Fernández.

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