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La Tribuna

Tuna de Los Ángeles celebra 34 años de música y tradición universitaria

por Jeremy Valenzuela Quiroz

Desde 1991, la agrupación perteneciente a Universidad de Concepción mantiene viva la herencia musical y bohemia de las tunas, reuniendo a estudiantes, egresados y la comunidad en presentaciones que combinan canciones, humor y orgullo universitario.

Tuna de Los Ángeles celebra 34 años de música y tradición universitaria / @Tuna.udecLA

En pleno corazón de Los Ángeles, la música y la tradición universitaria se entrelazan desde hace más de tres décadas gracias a la Tuna de la Universidad de Concepción perteneciente al Campus Los Ángeles, considerada como la primera de la Universidad.  

Este grupo, que nació en 1991 inspirado en el espíritu bohemio y viajero de las tunas europeas, ha logrado mantenerse vigente y formar un vínculo profundo con la ciudad y la universidad.

Entre canciones, capas negras y risas compartidas, la Tuna UdeC ha construido una historia de amistad, aprendizaje y orgullo universitario que se celebra cada año, reuniendo a distintas generaciones de tunos y familias que a pesar de haber egresado hace años mantienen viva una tradición que es mucho más que música: es identidad.

UNA TRADICIÓN CON SIGLOS DE HISTORIA

El origen de las tunas se remonta a la Europa del siglo XIII, cuando los estudiantes de escasos recursos recorrían calles y plazas interpretando música a cambio de alimentos, alojamiento o algún ingreso que les permitiera costear sus estudios. Con el paso de los siglos, la tradición se expandió por universidades <de España y Portugal, llegando también a América Latina.

En Los Ángeles, esta historia comenzó el 16 de julio de 1991, cuando un grupo de académicos y personal de la Universidad de Concepción fundó la Tuna UdeC, luego pasó a ser completamente de estudiantes, quienes inspirados en el espíritu universitario de compartir, viajar y mantener vivo un patrimonio cultural que combina música, humor y vida bohemia.

INTEGRANTES Y UNA HERMANDAD QUE SE TRANSMITE

Actualmente, la tuna angelina está integrada por 24 miembros, entre ellos cinco aspirantes -conocidos como pardillos- que están en proceso de formación, y tres tunos que aún cursan estudios universitarios. El resto son egresados y profesionales, pero todos mantienen un fiel vínculo con la agrupación.

"En cada presentación no siempre están los 24 Tunos y los cinco pardillos, porque depende de la disponibilidad de cada uno, pero lo importante es que siempre hay un grupo listo para salir a cantar", cuenta Nicolás Rubilar, quien dentro de la Tuna es conocido como Tuno Toselli, actual relacionador público de la Tuna UdeC.

La organización interna se sostiene con esfuerzo propio: cada actuación en matrimonios, cumpleaños, ferias o festivales permite recaudar fondos que se destinan a mantener la indumentaria —capa negra, panties y cintas de colores—, los instrumentos y los viajes.

"La tuna se mantiene por sí misma. Todo lo que recaudamos se reinvierte en la misma agrupación", explica Nicolás.

VIAJES, FESTIVALES Y RECONOCIMIENTO

En sus más de tres décadas de vida, la agrupación angelina ha recorrido gran parte del país, "desde Arica hasta Puerto Montt", participando en festivales y certámenes universitarios.

También ha representado a la ciudad y a la universidad en Mendoza, Argentina, en instancias donde la música se mezcla con la fraternidad entre agrupaciones de distintas ciudades y países como una forma de intercambio cultural.

En los últimos años han tenido presencia en encuentros en Santiago, Chillán, Valdivia y Antofagasta, además de dos participaciones en el Festival de las Quemas en Puerto Montt, un espacio cultural que celebra la tradición sureña.

ORGULLO UNIVERSITARIO

Aunque muchos de sus integrantes ya dejaron las aulas, la tuna mantiene un fuerte lazo con la universidad.

"Siempre nos dicen que somos los mejores embajadores de la universidad, porque donde vamos decimos con orgullo que somos de la Universidad de Concepción, Campus Los Ángeles", señala Toselli.

Ese vínculo también quedó plasmado en un mural pintado por un exintegrante dentro del campus angelino, que se ha mantenido intacto en el tiempo. "Nunca ha sido rayado ni dañado, lo que refleja el respeto que la comunidad tiene hacia la tuna", comenta.

MÁS QUE UN ESPECTÁCULO

El repertorio de la tuna combina canciones tradicionales con interacción y humor, en presentaciones que suelen extenderse mucho más de lo previsto. "Nos ha pasado en matrimonios que nos piden quedarnos hasta el final, y terminamos siendo el alma de la fiesta", recuerda Rubilar.

Pero más allá de la música, la experiencia de ser tuno deja aprendizajes que marcan la vida.

"La tuna es vivir la universidad a concho. Aquí uno aprende cosas que en una sala de clases no se enseñan: hablar en público, perder el miedo al ridículo, trabajar en equipo. Todo eso sirve después en lo profesional y en lo personal", reflexiona.

CAMINO AL NUEVO ANIVERSARIO

De cara al 2026, la Tuna UdeC Los Ángeles se prepara para celebrar sus 35 años de trayectoria, con actividades abiertas a la comunidad y la participación de tunas de otras ciudades.

Será la oportunidad de reafirmar que, más que un grupo musical, la tuna es una hermandad que se transmite de generación en generación.

"Ser Tuno es para siempre y mientras el cuerpo aguante, seré Tuno hasta morir", concluye Rubilar, sintetizando el espíritu de una agrupación que hace 34 años viene sumando música, amistad y tradición a la vida universitaria de Los Ángeles.

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