La implementación del nuevo Seguro Social, enmarcado en la Reforma de Pensiones impulsada por el Gobierno y aprobada por el Senado en agosto, tiene como objetivo mejorar las jubilaciones actuales y futuras como un monto adicional dentro del sistema previsional.
En conversación con La Tribuna y Radio San Cristóbal, la seremi del Trabajo y Previsión Social del Biobío, Sandra Quintana, explicó que este nuevo modelo busca complementar las cotizaciones individuales con un fondo común destinado a aumentar los montos de las pensiones, reducir las brechas entre hombres y mujeres y proteger a quienes enfrentan lagunas previsionales.
APORTE DEL EMPLEADOR
De acuerdo con la secretaria regional ministerial, el Seguro Social se financiará con un aporte del empleador que se incrementará gradualmente hasta llegar al 7% del sueldo imponible del trabajador en un periodo de nueve años. Este porcentaje se destinará a un fondo común y no a las cuentas individuales de las AFP.
Según indicó Quintana, el nuevo esquema contempla que, desde el primer año de implementación, el empleador aporte un 1% del salario, lo que aumentará progresivamente hasta alcanzar el 7% al final del ciclo.
SEGURO DE LAGUNAS PREVISIONALES
Según la seremi del Trabajo, uno de los elementos de la reforma es el Seguro de Lagunas Previsionales, que comenzó a regir en mayo. Este mecanismo permitirá cubrir los periodos sin cotizaciones cuando una persona quede cesante o deje de recibir ingresos, para así mantener la continuidad de su historial previsional.
BONO POR AÑOS DE COTIZACIÓN
La autoridad sostuvo que la reforma también contempla un bono por años cotizados dentro del Seguro Social, equivalente a 0,1 UF por cada año trabajado con cotizaciones, con un máximo de 25 años. Este beneficio busca reconocer la trayectoria laboral de las personas y aumentar directamente el monto de su pensión.
Según estimaciones del Ministerio del Trabajo, un trabajador con 25 años de cotizaciones recibirá un incremento aproximado de $100.000 mensuales en su pensión.
APORTES PARA MUJERES
La seremi destacó que el nuevo sistema incorpora medidas de equidad de género, en atención al hecho de que las mujeres suelen tener trayectorias laborales más discontinuas y jubilaciones más bajas.
Además, según la titular regional, el Seguro Social considerará un componente de compensación solidaria para quienes hayan tenido lagunas previsionales por maternidad o cuidado de hijos, lo que refuerza el enfoque de igualdad dentro del nuevo esquema.
RENTABILIDAD PROTEGIDA Y BONO DE RECONOCIMIENTO
El sistema también incluirá una rentabilidad protegida, que comenzará a operar desde agosto de 2026. Este mecanismo busca asegurar que los aportes acumulados en el fondo solidario no se vean afectados por las fluctuaciones del mercado financiero.
Cuando una persona se jubile, según explicó la seremi, recibirá un bono de reconocimiento emitido por la Tesorería General de la República, calculado según los aportes efectuados al Seguro Social. "La idea es garantizar que cada peso cotizado tenga respaldo y se refleje en una mejora real de la pensión", señaló la autoridad.
EVALUACIÓN CADA DOS AÑOS
La seremi Sandra Quintana detalló que, a diferencia del sistema actual, la nueva estructura contempla revisiones técnicas cada dos años, con el fin de ajustar la Pensión Garantizada Universal (PGU) y otros beneficios si se detecta que el costo de la vida ha aumentado.
Durante la entrevista, la secretaria regional también abordó la necesidad de avanzar hacia un salario que cubra el costo real de vida, en el marco del trabajo conjunto entre el Ministerio del Trabajo y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Recordó que actualmente existe un Observatorio de Costos de Vida, que busca determinar cuánto debería ganar una familia para cubrir sus necesidades básicas.
"Pasamos del salario mínimo al salario ético, y hoy se discute el concepto de salario vital: un ingreso que permita vivir con dignidad y estabilidad", afirmó.