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Luego de que el Servicio Electoral publicara la madrugada de este lunes los resultados de la elección de los cinco representantes del Distrito 21 (integrado por las comunas de las provincias de Biobío, Arauco y la comuna de Lota), muchos se preguntan lo mismo: ¿Cómo es posible que algunos candidatos muy votados se queden afuera y otros con menos votos entren al Congreso?
La respuesta está en un sistema que a primera vista parece complejo, pero que en realidad funciona como una competencia por etapas: se trata del método D’Hondt.
Revisemos cómo se aplicó este cálculo para el caso del Distrito 21.
En la votación parlamentaria no ganan primero las personas ni tampoco los partidos: primero compiten las listas completas. Es decir, se suman todos los votos de los candidatos de una misma lista y ese total se usa para repartir los cinco escaños disponibles en el distrito.
Aquí viene la parte clave que muchas veces no se explica: la construcción de una tabla donde se toma el total de votos y se divide por 1, 2, 3, 4 y 5 (tantas divisiones como sea razonable según el número de escaños a repartir).
Para el caso del distrito 21, con el 99,93 de las mesas escrutadas (al cierre de esta nota estaba pendiente una por escrutar) y un total de 390.205 sufragios válidamente emitidos, la tabla es la siguiente:
Una vez que tienes todas las divisiones sobre la mesa, el método D’Hondt hace algo muy simple: Se observan todos los números de la división, de mayor a menor y se van entregando los escaños a las lista dueñas de los cinco números más altos.
Así, la lista Chile Grande y Unido se quedó con dos cupos, y Unidad por Chile, Cambio por Chile y Partido de la Gente, lograron un escaño cada una. El resto de las listas quedaron más atrás y no entraron en el reparto final.
Este primer cuadro -el de "cupos por lista"- muestra una clave central del sistema: el tamaño de la lista importa, porque es lo primero que determina quién entra y quién se queda fuera.
No importa todavía quién tuvo más votos individuales; la cancha se ordena por equipos.
En el caso de las listas integradas por más de un partido, los cupos no van directo al candidato más votado. Antes ocurre una segunda competencia: los partidos que integran esa lista compiten entre sí, usando otra vez una tabla D’Hondt, esta vez solo con sus propios votos y el o los escaños conseguidos.
Aquí ocurre buena parte de la "magia" -o del "misterio"- que explica por qué algunos nombres conocidos no lograron entrar.
Revisemos ahora cómo se aplica nuevamente el método, ahora al interior de cada lista ganadora de un escaño.
Para comenzar, en la lista más votada, Chile Grande y Unido (Lista J), los más de 124 mil votos se reparten entre:
Al aplicar D’Hondt interno, los dos números más altos corresponden a:
Es decir, UDI y Demócratas se quedan con los dos cupos. Evópoli queda sin cupos. Este mismo proceso ocurre en otras dos listas:
La Democracia Cristiana obtiene más votos (33.668) que el Frente Amplio (32.098) y los Radicales (21.665), por lo que gana el único cupo de la lista. El más perjudicado es Adolfo Millabur (, que pese a tener una mejor votación individual que Patricio Pinilla, no logra ser elegido ya que su lista (Frente Amplio) obtuvo menos votos que la DC.
Con más de 37 mil votos, este partido supera a Republicanos (29.708) y Social Cristiano (14.632). Así, se queda con el único escaño de su lista.
En el caso del Partido de la Gente, no se aplica la competencia interna, porque la lista está integrada por un solo partido y, por consiguiente el cupo se queda inmediatamente en la persona más votada de la lista, que correspondió a Lilian Betancurt Delgado.
Una vez que un partido gana un escaño, el cupo lo ocupa el candidato más votado del partido. Es recién en este punto cuando la votación individual importa.
Así quedaron definidos los cinco ganadores del Distrito 21:
De esta forma, se definieron los representantes del Distrito 21 que asumirán en sus cargos el próximo 11 de marzo de 2026.
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