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La permanencia de los partidos depende del cumplimiento estricto de los umbrales que fija la normativa, los cuales determinan qué agrupaciones conservarán su inscripción y cuáles podrían quedar fuera del sistema.
Para seguir operando como partido político oficial, la legislación establece requisitos precisos basados en los resultados electorales. De acuerdo con la Ley de Partidos Políticos y la Ley de Sistema Político, el criterio principal es obtener al menos un 5% de los votos del padrón nacional.
Sin embargo, para las colectividades que no alcancen ese umbral general existen otras vías de permanencia. Según Lucas Serrano, director de la carrera de Administración Pública de la Universidad San Sebastián (USS) sede Concepción, si un partido queda por debajo del 5%, puede "elegir ocho parlamentarios en total, sumando entre diputados y senadores. Si no logra hacerlo, pierde su característica de inscripción en el Servicio Electoral".
El académico detalló que también es posible mantenerse si el partido alcanza el 5% de los sufragios en al menos ocho regiones, o si logra ese mismo porcentaje en tres regiones contiguas. Estas fórmulas buscan resguardar la representación territorial y evitar que organizaciones con presencia focalizada queden excluidas.
Cuando una colectividad no alcanza ninguno de los cuatro requisitos —el 5% nacional o las tres alternativas territoriales o parlamentarias— se inicia el proceso de desintegración legal, cuyo primer paso es la pérdida de la inscripción en el Servel.
De acuerdo con Serrano, ello implica que el partido queda sin reconocimiento oficial y, en consecuencia, "deja de existir como persona jurídica también". Esto implica efectos inmediatos en su estructura interna.
Añadió que la colectividad ya no puede presentar candidatos en procesos electorales posteriores.
El académico precisó que si bien la desaparición no ocurre de manera instantánea, debido a los procedimientos administrativos —como el recuento oficial de votos por parte de las juntas electorales—, el desenlace es inevitable una vez verificados los resultados.
Serrano apuntó que existe una opción para evitar la desaparición total: la fusión entre partidos. En ese escenario, las organizaciones comparten sus padrones y conforman una nueva estructura legal.
Sin embargo, advirtió que "sería un partido nuevo", y que cualquier colectividad que desee reinscribirse debe completar nuevamente el proceso con el número requerido de firmas, militantes y presencia regional.
El escenario actual abre la posibilidad de que agrupaciones históricas o proyectos recientes enfrenten la desintegración si no logran los umbrales exigidos. Consultado sobre el riesgo que corren partidos de larga trayectoria, Serrano fue directo: "Totalmente, sin duda".
Según el experto, colectividades como el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Radical o incluso Evópoli podrían enfrentar este escenario dependiendo de su desempeño en las urnas. Este riesgo, añadió, está directamente ligado al reordenamiento del sistema político, donde las coaliciones tradicionales han perdido influencia.
En ese sentido, indicó que, ante un panorama en que "las fuerzas tradicionales ya no rugen fuerte —ni Chile Vamos en la derecha ni la Concertación en la izquierda— y puede que muchos de estos partidos no cumplan con los umbrales y puedan desaparecer".
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