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En esta ocasión, el voto será obligatorio, y estarán en juego tanto la jefatura de Estado como la composición completa del Congreso Nacional. La relevancia de la jornada radica en que, de no cumplirse ciertos requisitos en la primera vuelta, el país enfrentará una segunda ronda electoral el 14 de diciembre.
Según la normativa vigente, un candidato presidencial debe conquistar la mayoría absoluta para ser proclamado Presidente de la República. Esto significa obtener más de la mitad de los sufragios válidamente emitidos en la elección del 16 de noviembre. Si una candidata o candidato supera este umbral, asumirá la presidencia sin necesidad de acudir a un balotaje.
De no alcanzarse esta mayoría absoluta, la ley establece que pasarán a la segunda vuelta los dos postulantes con mayor cantidad de votos en la primera ronda. Así, los electores deberán volver a las urnas en diciembre para elegir entre quienes obtuvieron los mejores resultados iniciales.
La papeleta presidencial contará con ocho nombres, que intentarán captar la preferencia ciudadana y suceder así a Gabriel Boric a partir del 11 de marzo de 2026:
El ganador tomará funciones el 11 de marzo de 2026 y completará su mandato el 11 de marzo de 2030. Esta elección presidencial se realiza en paralelo con la elección de diputadas, diputados y senadores, por lo que la jornada será decisiva para el panorama institucional del país.
Todas las encuestas publicadas hasta el 1 de noviembre muestran que ningún candidato alcanza actualmente la mayoría absoluta requerida para ganar en primera vuelta. Jeannette Jara lidera las preferencias con cifras que oscilan entre el 25% y 30%, seguida por José Antonio Kast, quien sumaría entre un 20% y 23% de las intenciones de voto.
Estas cifras reflejan un escenario altamente competitivo donde la posibilidad de que alguien obtenga más de la mitad de las preferencias y evite el balotaje es actualmente muy baja.
Durante el domingo 16 de noviembre, los ciudadanos deberán ejercer su derecho a voto obligatorio en todo el territorio nacional. Una vez cerradas las mesas y finalizado el conteo, si ningún postulante supera la barrera del 50% más uno de los votos, las urnas volverán a abrirse para una segunda elección entre los dos más votados.
La ciudadanía, además de definir a la persona que liderará el país, tendrá la tarea de conformar un nuevo Congreso, eligiendo a sus representantes para los próximos años.
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