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Chile figura entre los seis países donde la población se siente más insegura al caminar sola de noche según "The Global Safety Report" de Gallup, mientras las autoridades reportan una disminución del 29,8% en los homicidios durante el primer semestre de 2025 en la región del Biobío.
La delincuencia se ha convertido en la principal preocupación para el 50% de los habitantes de la región del Biobío, superada únicamente por la inestabilidad económica, según la Encuesta de Bienestar 2025 aplicada por Cadem, la Mutual de Seguros de Chile y la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.
El informe de Gallup revela que un 39% del total de encuestados en Chile manifiesta temor de caminar solo durante la noche, lo que ubica al país en una situación preocupante a nivel comparado. Esta percepción contrasta marcadamente con las cifras oficiales que muestran una reducción en ciertos indicadores de criminalidad.
El uso de armas de fuego en la comisión de delitos, añade el académico, produce "una percepción diferente frente a la criminalidad de la cual acostumbraba el país", lo que genera un impacto psicológico que va más allá de las estadísticas.
Los datos oficiales muestran que los homicidios en la región bajaron de 57 a 40 víctimas en el primer semestre, al comparar 2024 con 2025. Del total de casos registrados, el 75% ocurrió en la vía pública, el 65% se cometió con armas de fuego y el 55% se vinculó con grupos organizados.
Sin embargo, la "Radiografía del delito en el Biobío: redistribución del panorama criminal y tendencia en delitos claves" elaborada por Faro UDD ofrece una perspectiva menos alentadora. Los 112 homicidios registrados tanto en 2023 como en 2024 casi duplican los 58 casos que la zona registró en 2018.
"Una leve baja semestral no refleja la tendencia general", advierte el informe académico, que documenta un incremento sostenido de la violencia letal desde 2019. Más preocupante aún resulta la redistribución geográfica del fenómeno criminal en la región.
Aunque comunas como Concepción bajaron de 17 a 6 casos y Talcahuano de 11 a 4, otras localidades experimentaron aumentos significativos. Coronel subió de 10 a 16 homicidios y Lota de 2 a 7. Estas últimas dos comunas, consideradas en conjunto, promedian una tasa de 13,2 homicidios por cada 100.000 habitantes.
La inseguridad se ha transformado en un costo estructural para las empresas, según la Encuesta de Victimización elaborada por el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile. En el área metropolitana de Concepción-Talcahuano, el 62,8% de los locales comerciales fue víctima de algún delito durante el primer semestre de 2025.
Los daños materiales afectaron al 30% de los establecimientos, el hurto hormiga alcanzó al 26,8% y el hurto simple al 22,3%. Como respuesta, un 72% de los negocios mantiene gastos permanentes en seguridad y desvía recursos que podrían destinarse a inversión productiva y generación de empleo.
La erosión de la confianza institucional agrava significativamente el problema. El 58,2% de los comerciantes victimizados optó por no denunciar los hechos, principalmente porque el 78,4% de quienes sí realizaron denuncias no obtuvo los resultados esperados.
"Es un trámite engorroso", señalan el 45,9% de los comerciantes afectados que decidieron no denunciar, mientras que el 66,8% directamente desconfía de la eficacia del proceso de denuncia y persecución penal.
El miedo está transformando físicamente el espacio urbano de las ciudades de la región. Juan Paulo Alarcón, director de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello, describe cómo personas y entidades "han blindado edificios y casas con diferentes estrategias", propiciando la aparición de rejas en antejardines, muros ciegos y cortinas metálicas "que literalmente enceguecen la ciudad".
Este blindaje arquitectónico, lejos de proteger efectivamente, genera el efecto contrario según el académico.
Alarcón es categórico respecto al impacto psicológico de estas transformaciones urbanas: "El blindaje de la ciudad en sí mismo promueve una percepción de inseguridad y amenaza constante", lo que crea un círculo vicioso donde las medidas defensivas refuerzan precisamente el temor que buscan combatir.
De acuerdo con el reporte de Faro UDD, el crimen no está disminuyendo sino desplazándose geográficamente dentro de la región. Los delitos asociados a armas registraron aumentos del 100,5% en la provincia de Biobío, 68% en Concepción y 54,6% en Arauco entre 2023 y 2024.
El comercio ilícito, aunque permanece concentrado en Concepción con 1.326 casos registrados, muestra incrementos alarmantes en otras comunas: Los Ángeles experimentó un aumento del 23,5%, Coronel del 59%, Cabrero del 75% y Tomé del 47,6%.
Más inquietante resulta la aparición de homicidios en comunas históricamente tranquilas como Florida, Hualqui, Penco, Santa Juana, Quilleco y Santa Bárbara, situación que sugiere una expansión del control territorial criminal hacia zonas rurales y semirrurales que antes permanecían al margen de estos fenómenos.
"Cuando hay peligros que atentan contra la vida, se deben resolver con premura", advierte Pía Bustamante, académica del Departamento Nacional de Bioética de la Universidad San Sebastián. "Tristemente, las verdaderas necesidades de la población quedan relegadas a un segundo plano", agrega la especialista en ética aplicada.
A pesar del temor que afecta la vida cotidiana de los habitantes, el 76% de la población de la región del Biobío mantiene la esperanza de que su calidad de vida mejorará en el transcurso de un año, según revela la Encuesta de Bienestar 2025.
"La población mantiene expectativas de progreso, pero estos problemas deben ser abordados colaborativamente para que no afecten la cohesión social", concluye Patricio Martínez, gerente general de Mutual de Seguros de Chile, quien subraya la necesidad de respuestas institucionales coordinadas que atiendan tanto la realidad objetiva del delito como su impacto subjetivo en la ciudadanía.
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