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Estudio revela que homicidios en Biobío aumentaron un 47% pese a la baja en delitos

por María José Villagran Barra

Basado en datos del sistema STOP de Carabineros, el estudio Faro UDD, analiza la evolución de los delitos entre 2017 y 2024, con foco en homicidios, robos, hurtos y agresiones sexuales a nivel nacional y regional.

Pese a la baja en cuanto a delitos violentos en la región del Biobío, los homicidios registraron un alza. / La Tribuna

El Boletín N°43 del Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales Faro UDD, "Criminalidad en Chile: Dinámicas Regionales" reveló que la criminalidad ha disminuido significativamente en los últimos siete años en la región del Biobío.

Sin embargo, entregó un resultado que no deja de ser preocupante: el aumento de los homicidios.

El estudio, basado en los datos del sistema STOP de Carabineros, analiza la evolución de los delitos por cada 100.000 habitantes entre los años 2017 y 2024, revisa tendencias nacionales y regionales en delitos de homicidio, robos, hurtos y agresiones sexuales. 

En este contexto, el informe dio a conocer que, en la región del Biobío, la criminalidad ha disminuido significativamente en los últimos siete años

Entre 2017 y 2024, los delitos totales en Biobío cayeron un 27%, posicionando a la región como la cuarta con mejor desempeño a nivel nacional, solo detrás de Magallanes, Tarapacá y Antofagasta.

No obstante, esta cifra se vio un tanto opacada por un dato preocupante: los homicidios aumentaron en un 47% en el mismo periodo.

EL CONTRASTE ENTRE CIFRAS Y PERCEPCIÓN

El estudio revela otro contraste interesante. Mientras los homicidios aumentaron, los robos violentos cayeron. En 2017, Biobío registraba 458 robos violentos por cada 100.000 habitantes; en 2024, esa cifra bajó a 288, una reducción del 37%.

Si bien los robos violentos son mucho más numerosos que los homicidios, estos últimos tienen un impacto emocional y social mucho más profundo.

"Las personas no sienten la misma alarma por un robo con intimidación que por un asesinato. Y eso es natural, pero si queremos tener una discusión informada sobre seguridad, debemos aprender a interpretar los datos en contexto".

Profesora investigadora de Faro UDD, María José del Solar.

Los resultados de este boletín muestran que la región del Biobío pasó de 3,1 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2017 a 4,5 en 2024. Aunque el aumento puede parecer alarmante en términos porcentuales, la experta explicó que el número absoluto respecto a la cantidad de homicidios registrados sigue siendo relativamente bajo.

"Estamos hablando de poco más de un homicidio adicional por cada 100.000 habitantes en siete años", explicó la académica.

Este fenómeno no es exclusivo del Biobío. A nivel nacional, los delitos muestran una tendencia general a la baja, pero los homicidios presentan un leve aumento, aunque en la mayoría de los casos no es estadísticamente significativo. A pesar de esto, relató del Solar, el impacto emocional de los homicidios en la ciudadanía es mucho mayor que otros delitos más frecuentes, pero menos letales, como los hurtos o robos no violentos.

Al respecto, la investigadora destacó un sesgo cognitivo clave para entender esta desconexión entre cifras y sensaciones: la llamada ley de los pequeños números.

Del Solar manifestó que este fenómeno hace que las personas tiendan a sobreestimar la representatividad de sucesos violentos poco frecuentes, especialmente cuando estos se difunden a través de los medios de comunicación o afectan a personas cercanas.

"Un solo homicidio puede alterar profundamente la percepción de seguridad de toda una comunidad. Aunque los datos nos indiquen una mejora general, ese tipo de delitos generan una sensación desproporcionada de inseguridad", explicó del Solar.

En este contexto, según el informe, a consecuencia de la pandemia de 2020, los delitos tendieron a disminuir debido al confinamiento. Sin embargo, entre años 2022 y 2023, los ilícitos comenzaron a repuntar.

"La gente recuerda esos años como especialmente violentos, y recién en 2024 comenzamos a ver una baja clara. Las percepciones tardan en ajustarse a la realidad", agregó la investigadora.

Otro dato que resalta el estudio es la disminución del 19% en las violaciones denunciadas en la región del Biobío; a primera vista, esto podría interpretarse como una señal positiva. Sin embargo, del Solar advirtió que este tipo de delitos tiende a estar fuertemente subrepresentado en las estadísticas oficiales, debido a la baja tasa de denuncias.

"Las agresiones sexuales son difíciles de medir. Hay que analizar si la disminución en las cifras refleja una baja real en los hechos o solo una caída en las denuncias".

afirmó del Solar.

Por ello, recomendó complementar los datos con información sobre violencia intrafamiliar y de género a nivel comunal, para obtener una visión más clara y profunda.

PANORAMA NACIONAL: AVANCES Y RETROCESOS

Comparado con otras regiones del país, Biobío ha tenido un desempeño favorable en términos de reducción de delitos generales. No obstante, en materia de homicidios, sigue la misma tendencia preocupante que afecta a otras zonas del país.

A modo de ejemplo, en Tarapacá los homicidios aumentaron un 177% desde 2017, mientras que en Antofagasta disminuyeron un 3%.

Este comportamiento desigual refleja que la criminalidad no se distribuye de manera homogénea en el territorio. Por ello, del Solar insiste en la necesidad de diseñar políticas de seguridad flexibles y adaptadas a las realidades locales.

"Cada comuna, cada barrio, tiene sus propios desafíos y dinámicas delictivas. Es fundamental empoderar a los municipios y a las oficinas locales de seguridad pública para que puedan implementar medidas contextualizadas", afirmó la académica.

Otro eje clave para sostener los avances es el seguimiento permanente de los datos. La profesional de FARO UDD explicó que las cifras del sistema STOP de Carabineros permiten detectar patrones emergentes y reorientar las estrategias en función de las nuevas amenazas. P

Sin embargo, añadió que -para que esto sea efectivo- no solo se requiere capacidad técnica; también una coordinación fluida entre los niveles local, regional y nacional.

"La seguridad es un proceso, no un estado fijo. No basta con bajar las cifras de un año; se necesita una mirada estratégica de largo plazo que combine solidez institucional con agilidad operativa", explicó del Solar.

El principal reto para las autoridades, según la experta, es sostener los avances sin caer en triunfalismos. La reducción delictual debe consolidarse, especialmente en los delitos de alta ocurrencia, sin descuidar el monitoreo de delitos graves como los homicidios. Para ello, es clave mejorar la capacidad de respuesta local y aumentar la confianza ciudadana en las instituciones.

Además, es necesario avanzar en campañas de comunicación que ayuden a la ciudadanía a interpretar adecuadamente los datos, reduciendo así la brecha entre percepción y realidad.

"El miedo no siempre es proporcional al riesgo real, pero puede ser igual de paralizante. Por eso es tan importante informar con responsabilidad", concluyó del Solar.

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