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Y ahora, otro más..!!

Mario Ríos Santander

por Mario Ríos Santander

"Atención párrocos de esta diócesis, ya les va a llegar el "ascenso" a Obispo y luego Cardenal", parecía levantarse la voz silenciosa de los católicos de Santa María de Los Ángeles. "Es que es así", respondían a coro otros silencios bulliciosos, admirados de tantas buenas noticias.

El padre, hoy Monseñor Tomás Carrasco Cortez, ya estaba informado. Se le había comunicado "oficialmente" hace un par de años, cuando recién se iniciaba el Covid en Chile y el mundo. Días de incertidumbre, que algo amainaba con aquella "bendición del cielo",  llegada de la mano del Obispo Felipe Bacarreza volando sobre esta tierra bendita.

Le acompañaba una imagen de la Virgen, sostenida por un sacerdote, Tomás Carrasco. Acto de fe, de invitación espiritual, que daría momentos de paz a los "sustos" que surgían en la familia, en ese momento, repleta de noticias dramáticas reproducidas por la prensa, dando cuenta de fallecidos en todos los rincones de este planeta, convertido en una tierra chica, copuchenta y aterrada que al menos, suspendió por esos tiempos, frivolidades y demases.

Ya, lo digo, para ser cardenal, hay que pasar por alguna parroquia  de esta Diócesis, lo demás, es inútil. Mucha sonrisa al Nuncio, sirve poco. Tampoco tener santuarios multitudinarios. Con San Carlos nos basta. Parece que el Señor anda más preocupado de los detalles que de los tumultos.

Hay muchas razones para sostener esta verdad y quién sabe si la más importante, es que a Los Ángeles, con su Catedral azul, (otra curiosidad), le ha importado la preparación de su "primera línea", sus párrocos, diocesanos o congregacionales.

Es un buen equipo, (aunque hay un, "mal genio", que lo estamos mirando), bajo la conducción de la Santa Madre Iglesia, su Obispo Monseñor Felipe Bararezza, que concluirá su Gobierno Eclesiástico, repleto de buenas obras. Felicitaciones. Por lo demás, se ha comenzado nuevamente a recibir jóvenes en las iglesias. Nuevos atisbos de días más espirituales.

Pero volvamos a los "monseñores"

Pareciera que hay alguna fama de "hombres valiosos", porque a ninguno lo han enviado a diócesis tranquilas. Salvo Monseñor Celestino Áos, que llegó primero a Copiapó, sin duda en paz, pero al poco tiempo, Santiago, a enfrentar el mundo político que, por aquellos días, "hervía" en la desazón de "estallidos", incendiando iglesias, abusando de imágenes sagradas, todo destrucción. Copiapó, había sido la entrega de una "posta", que lo llevaría en su carrera, a los peores años de Chile en muchas décadas. ¿Se preparó esos días nuestro Párroco de San Francisco para enfrentar la caída del Gobierno? Sin duda que sí.  A Francisco Stegmeier, no le fue enviado a un reino de paz. La Araucanía, bullía. Los templos que ardían, eran la imagen del odio.

Esfuerzos de la Iglesia local, de sus comunidades, desparecían bajo las llamas. El pueblo Mapuche, cargando pesados bultos de otros que no querían paz. Monseñor Stegmeier, valeroso y prudente, en paz y decidido, no claudicó. Ahora Monseñor Tomás Carrasco, a Calama. Tierra hostil, frontera de droga y por tanto de sicarios (igual que aquí en Los Ángeles), será lo que enfrentará este nuevo Obispo. Caluroso y minero de mucho dinero, bueno y malo. No hay pobreza, pero hay delincuencia. En el tren que cada noche llega de la Paz, no trae misioneros, son otros. Nuestro Párroco Obispo la hará muy bien. Esperamos que aquello sea una virtud y no un problema para su persona. Dios la haya bendecido.

      

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