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Recuperar la senda de crecimiento no será fácil, sobre todo porque la sociedad chilena ha dado muestras concretas de no estar dispuestos a girar cheques en blanco a quienes, por un lado, pregonan la siembra del progreso económico y, por otro, utilizan maquinaria pesada para extirpar el modelo económico neoliberal en nombre de la justicia social.
Según el calendario chino, 2016 correspondió al año del mono de fuego. Se cree que es el más desafortunado en el ciclo de 12 años. Reputación que, al menos en materia de crecimiento económico, se cumplió a cabalidad en nuestro país.
La economía, mirada desde el punto de vista del bienestar individual y colectivo, ha sido un instrumento de pasión, división y engaño. Pasión para quienes piensan que gran parte de la vivencia de la humanidad tiene su origen en el problema económico; división para quienes la consideran como sinónimo de progreso social y quienes, en la vereda opuesta, la consideran como una forma de explotación social y lucha de clases; es considerada un montaje en cuanto, los grupos de poder, buscan sacar dividendos de su posición de privilegio para beneficio propio.
A medida que la sociedad de la información se perfecciona, la sociedad ha asumido una posición de mayor pragmatismo frente a las posiciones ideológicas. Esto, además, se debe en gran medida a la disfuncionalidad en el actuar de los agentes económicos, políticos y sociales. Mientras dicho fenómeno se desarrolla, la economía ha ingresado a un letargo que la ha arrastrado al peor escenario de proyección de crecimiento para el año 2016.
Recuperar la senda de crecimiento no será fácil, sobre todo porque la sociedad chilena ha dado muestras concretas de no estar dispuestos a girar cheques en blanco a quienes, por un lado, pregonan la siembra del progreso económico y, por otro, utilizan maquinaria pesada para extirpar el modelo económico neoliberal en nombre de la justicia social. La ciudadanía, tiene claro que, al actual ritmo de crecimiento de la actividad económica del país, se desvanece la esperanza de lograr un país más justo.
Por ello es que, para muchos, dar vuelta la página y comenzar a sentar las bases en el año 2017 para un nuevo enfoque de administración de gobierno, es una tarea de suyo prioritaria. En este sentido, es probable que emerja el “fenómeno Trump” en el estilo de propuesta de nuevo gobierno. Esto es una propuesta pragmática, al momento de buscar los acuerdos de gobernabilidad; orientado al crecimiento económico; astuto para zafarse de la captura de los grupos de poder y optando por anteponer a Chile y su gente, por sobre los intereses personales, partidistas y/o corporativos.
Restando poco menos de un año para la próxima contienda electoral, se podrá comprobar si efectivamente la población opta por este tipo de alternativa, o simplemente se sumerge en la apatía, ejerciendo las opciones que le ofrece el voto voluntario.
Renato Segura
Cerregional.cl
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