Vecinos enfrentados por instalación de planta de tratamiento de aguas servidas

Los habitantes de la localidad de Santa Fe se encuentran totalmente divididos, ¿la razón? Ya está todo listo para que se construya la nueva planta de tratamientos de aguas servidas que permitirá que más de 500 familias puedan tener alcantarillado. Sin embargo, un grupo de vecinos se ha comenzado a movilizar y a exigir su relocalización, puesto que la infraestructura queda a pocos metros de sus viviendas.

La Tribuna se trasladó durante la semana constatar la situación que ha generado la discordia en las últimas semanas, para entrevistarse con las partes involucradas.

Paulo Reyes, uno de los vecinos afectados por la obra, indicó que el principal problema de la iniciativa es que “se instalará en unos terrenos agrícolas y esa es la molestia nuestra. Además, yo vivo al frente, a 30 metros y junto con ello, tenemos colegios, instituciones, Cesfam, hogares de ancianos que van a ser afectados, siendo que dos kilómetros hacia el sur tenemos terrenos forestales donde yo creo que no habría problemas de instalarla dentro de un bosque donde no le afecte a nadie”.

Agregó que “nosotros en ningún momento estamos en contra de la planta de tratamiento de aguas, estamos molestos con la ubicación, que eso se tome en cuenta. No vamos en contra del progreso, es que esto nos va a perjudicar como vecinos”.

Consultado respecto a por qué reclaman hoy si el proyecto lleva más de 10 años de trabajo, el afectado aclaró que “Si bien el proyecto lleva 10 años, hace solamente dos nos enteramos que se iba a construir frente a nuestras casas. Esto es molesto por el efecto que tiene para la comunidad y nuestros futuros hijos. Si ustedes recorren otros lados y ven otras plantas, las consecuencias son complejas. No estamos en contra del progreso. Por lo tanto, erradicar la planta de aquí sería lo más lógico”.

En relación a la posibilidad de radicalizar sus movilizaciones, Reyes fue claro. “No queremos llegar a eso, queremos que esto se transforme en un diálogo, pero si hay que tomar otras medidas se van a tener que ejecutar, porque queremos ser escuchados”.

VECINOS A FAVOR

Por su parte, Gustavo Flores, presidente del Comité de agua potable rural de Santa Fe, salió en defensa de la iniciativa y sostuvo que “el proyecto tiene más de 10 años y cuando se pensó en este propósito, por la cantidad de gente que tenía el comité, era exigible la planta de tratamiento de aguas servidas, porque ya la gente estaba muy junta una de otra, entonces, todas las aguas de riego que tengan fosa séptica, generan que los líquidos se percolen, por lo que estaban llegando a los pozos donde la gente extrae agua para regar sus huertas, para llenar piscinas. Por esta razón, era imperiosa la instalación de la planta de tratamiento”.

Explicó que durante el proceso, “se empezó con un catastro con todos los vecinos, y todos estuvieron de acuerdo, si es un mal tan necesario. No podía nadie oponerse, entonces, quienes se oponen en este minuto, son los que viven relativamente cerca, gente que compró y que llegó hace un año a ese sector y de hecho, está planta lleva 3 o 4 años con un RS y este año se empieza su licitación para la construcción”.

Sobre los vecinos opositores, el presidente del comité de agua potable, aclaró que “más de 2.500 personas van a ser beneficiadas y quienes se oponen ahora no son más de 5 familias”.

Junto con ello, emplazó a los detractores a informarse acerca de los esfuerzos que hicieron para poder adquirir la más moderna planta, que generará un impacto mucho menor. “El viernes 4 de marzo invitamos encarecidamente a estos vecinos, a que vayamos a conocer la planta de tratamiento de aguas servidas de villa Laja para que vean en terreno como funciona, si tiene olor, si andan moscas, todos los males que le aquejan a la planta por desconocimiento”.

Sobre  la posibilidad de trasladar la construcción a otro terreno, Gustavo Flores indicó que es imposible. “Imagínense, llevamos más de 10 años y recién el año pasado logramos que nos financien 3 mil 70 millones para la construcción y, si hacen un cambio este proyecto se pierde porque habrá nuevos valores, los plazos son fijos y desplazarla significa comprar o expropiar” dijo.

Explicó que hacer lo que dicen los vecinos opositores “significarían años, un nuevo proyecto, porque reubicar la planta se traduciría en llevar cañerías por terrenos particulares y es imposible. Deben sopesar lo que están haciendo. Para que la forestal ceda un nuevo terreno, tendría que entregar la escritura de ese terreno al comité y simplemente perderíamos el proyecto”.

Finalmente, le pidió confianza a las personas que no están de acuerdo, ya que -dijo- han hecho un trabajo importante por buscar las mejores tecnologías.  “Yo con mi directiva recorrimos más de 10 plantas, con todo tipo de mecanismos y elegimos esa y no porque nos gustó, sino porque es la mejor y tenemos que hacerla”, concluyó

MUNICIPALIDAD BUSCA CALMAR LA SITUACIÓN

La desesperación de los vecinos que rechazan el proyecto, llegó hasta las propias oficinas del Secplan de la municipalidad de Los Ángeles. De hecho, justo cuando La Tribuna, esperaba una respuesta de la autoridad, un grupo de vecinos irrumpió en las dependencias para solicitar el proyecto y exigir que se traslade a otro sitio. Tras el hecho, la directora de la Secretaría de Planificación del municipio angelino, Ester Garstman, entregó su punto de vista sobre esta polémica iniciativa.

“Estas obras de alcantarillado del sector Santa Fe, es un proyecto de larga data. Generar un proyecto así es difícil y es caro hacerlo, por eso es que demora tanto. Hay un consenso general de que es necesario hacer obras de alcantarillado, porque así es insostenible en el tiempo.

Añadió que “con ese convencimiento, se trabajó de manera constante y ardua con los vecinos del sector, para alrededor de 500 familias que no tenían soluciones por medio de este proyecto, que es muy complejo porque implica dibujar las matrices, cuantificar casas, arranques, las calles por donde pasar, las tuberías, es decir todo lo que involucra hacer el proyecto hasta que colectores de distintos diámetros lleguen a la planta, entonces, ese proyecto no se puede hacer de la noche a la mañana y tampoco se puede hacer sin conocimiento de la comunidad”.

Por esta razón desestimó que los vecinos hayan estado en desconocimiento del problema. “Es vox populi que el proyecto se estaba trabajando, ya que se hacen muchas reuniones para poder llegar a un buen resultado, para consensuar  todos los avances se van comentando, en primera instancia se sociabiliza con los beneficiarios y de ahí hacia fuera se va un poco permeando la información”.

Aclaró que “la comunidad que está más afectada son los que tienen las casas o predios cercanos a la planta de tratamiento, que no son beneficiarios del proyecto. Muchos de ellos llegaron recién el año pasado y no sabían del plan siendo que el terreno se compró hace más de cuatro años y hace dos se instaló un letrero que daba cuenta del plan de lo que se pretendía construir”.

Ante la molestia, le pidió mesura a los vecinos opositores ya que “ahora que el proyecto, después de todo este esfuerzo, primero técnico, de hacer la obra de ingeniería y después obtener el financiamiento, ahora vienen las voces disidentes. Es evidente que a nadie le gusta que cerca suyo haya este tipo de obras, pero lamentablemente la planta debe estar en alguna parte. Y más aún si son parcelas de agrado que son valores caros, pero aquí tenemos que pensar en el bien de la mayoría, en el bien común.