Se busca senador

Sucedió que en las últimas elecciones legislativas en nuestra Región del Biobío, el postulante que obtuvo más votos fue Sebastián Keitel Bianchi. Se impuso a todos sus rivales con cerca de 65 mil sufragios, que correspondían a más del 11% de los votos válidamente emitidos en los comicios del 21 de noviembre. Es decir, uno de cada 10 electores optó por él.

Que fuera un diputado que ha hecho toda su vida en la capital (de hecho, representaba a un distrito metropolitano en la Cámara Baja), no fue inconveniente alguno para que los electores lo votaran a él con la primera mayoría. Las críticas sobre su origen santiaguino parecieron no haber hecho mayor mella. Sin duda que le favoreció su alta figuración pública por su destacada participación en atletismo, representando a Chile. Se llegó a decir que era "el blanco más rápido del planeta" en los 100 metros planos, en referencia a los colosos afroamericanos contra los cuales debía competir en los torneos internacionales. Su imagen muy lejana de los políticos tradicionales, sin lugar a dudas, le significó obtener la confianza de la ciudadanía regional para que asumiera su representación.

Con discurso de renovación y cambio, Sebastián Keitel criticaba duramente a sus contendores de edad más avanzada y llamaba a cambiar el destino de la región "que está estancada, botada y que no es considerada por las autoridades de turno".

En los primeros meses en el cargo, se le vio muy activo en la zona. Era opinante de los temas de la coyuntura nacional pero también regional. Era lo que se podía esperar de una autoridad de su investidura. Ni más pero tampoco menos.

Sin embargo, desde principios de año que ha estado ausente, lejano. Derechamente, perdido. Si alguien lo ha visto, que avise por favor. Los votantes de Biobío lo están buscando. Cuando los incendios forestales dejaban un reguero de destrucción y muerte, las autoridades de todo signo político se desplegaron en terreno para tratar de ayudar, para procurar representar las inquietudes de los afectados, para hacer algo. Eso incluyó a diputados y senadores. A todos, menos a uno (adivine quién).

Hace un mes, las lluvias provocaron un nivel de desastre como hacía mucho tiempo no ocurría en la zona. Destrucción en caminos, viviendas y emprendimientos productivos. Se repitió la escena de autoridades en los territorios para ver qué hacer para enfrentar semejante desgracia. Tampoco fue visto. Quizás Biobío estaba demasiado lejos de Santiago para el senador. No lo sabemos.

En un video subido a cuenta personal de Instagram, fechado en los primeros días de julio, dice que recorrió algunas comunas de Biobío, como Los Angeles, Laja, Antuco, Tucapel y Quilleco. Se le ve con personas, en zonas rurales, en casas. Le concedo la posibilidad que sí ha estado en la zona en muchas ocasiones pero como era "el blanco más rápido del mundo", no alcanzamos a verlo.

Su caso no es el primero. El denominado "turismo electoral" habitualmente tiene a postulantes metropolitanos en las papeletas de votación por regiones a las cuales solo conocen porque van de paso o por vacaciones. No tienen ni vínculos ni raíces no afectos. Lo peor de todo es que muchas veces salen electos (y con una alta votación) porque son "más conocidos".

Un punto muy importante y que nunca se debe olvidar. Las autoridades se deben a sus electores, a quienes le entregan la confianza del sufragio, a quienes esperan que aquella autoridad electa (presidente, senador, diputado, alcalde, concejal, consejero regional, gobernador) se haga cargo de los grandes temas del territorio y actúe en consecuencia. Para eso se eligen. Porque siempre se tiene la esperanza que - como lo decía el propio senador cuando era candidato- no se deje "botada" a la región que lo escogió. Me temo que acá, tristemente, sí a sucedido.

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