El futuro turístico está en el Parque Angostura del Biobío

Con la llegada del mayor proyecto hidroeléctrico del país, levantado en los alrededores de las comunas de Quilaco, Santa Bárbara y Alto Biobío, la central construida en dicho lugar podría haber sido foco de grandes críticas, como ha sido la historia de cada proyecto generado en dicho territorio, espacio caracterizado por una fuerte presencia cultural del pueblo pehuenche.

Pese a que hubo disidentes y opositores a distintas etapas, entre ellos el alcalde de Santa Bárbara, Daniel Salamanca, lo cierto es que este proyecto privado es digno de destacar, ya que más allá de su aporte de 3% al sistema interconectado central, también es un elemento que puede hacer resurgir la capacidad turística de la Provincia de Biobío, tras la penosa extinción que cada verano tiene la cascada de los Saltos del Laja.

Gracias al trabajo de ingeniería y diseño, este embalse hoy contempla un proyecto de emprendimiento a gran escala en su ribera, creando un polo sustentable de negocios con playas, visitas guiadas, un spa abierto hace pocos días y diversas actividades, en su mayoría gratuitas, que permiten integrar a una empresa con la comunidad de la mejor forma: creciendo juntos.

De esta manera, sus campings, miradores, senderos con bosques nativos, prometen ser cada verano un centro de visita para las personas de la zona, de Chile y, por qué no, del extranjero.

Uno de los elementos que también se podrían potenciar, sin lugar a dudas, es la pertinencia cultural del pueblo indígena. Integrarlos para que puedan mostrar su vida e historia a los visitantes, que permitan estrechar los lazos del mundo privado con el ancestral, lejos de lo que hemos visto en los hechos del sur de Chile.

El proyecto es prometedor; las esperanzas están puestas para que este parque pueda ser una especie de HuiloHuilo del Biobío, en donde el contacto con la naturaleza y sus bosques se transforme en un momento de unión familiar.

Generalmente, las empresas de la zona están en la palestra pública cuando cometen errores o faltan a los procesos estipulados por la ley, sin embargo, también se debe destacar cuando su vinculación con la comunidad, su entorno y sobre todo su preocupación por el emprendimiento y desarrollo sustentable de la comunidad es una realidad palpable y visible.

Los empresarios deberían aprender de este modelo de negocio y replicarlo, de tal manera que la convivencia con el entorno permita que nuevamente los pueblos, al alero de la industria, avancen juntos como vecinos amigables y no como muchas veces estamos acostumbrados a ver.