Crónica Ciudadana

Región enfrenta doble desafío laboral: modernizar la industria y profesionalizar el trabajo doméstico

El Observatorio Laboral Biobío reveló que la irrupción de las tecnologías 4.0, el envejecimiento poblacional y la persistente informalidad están redefiniendo las competencias requeridas en los empleos de la zona. La iniciativa técnica advierte que existe una escasez de mano de obra calificada en la industria y una desprotección social de los servicios de cuidado.

Producción Manufacturera Biobío
Producción Manufacturera Biobío / FUENTE: Diario La Tribuna

La transformación del trabajo no es un fenómeno distante, sino una realidad que ya se vive en la provincia de Biobío. Así lo demuestra el estudio de Profundización de Ocupaciones (POC) 2025, elaborado por el Observatorio Laboral del Biobío —dependiente de la Universidad del Bío-Bío—, que por cuarto año ha indagado la evolución de los oficios que sostienen la economía regional.

Esta vez, el informe se enfocó en dos ocupaciones claves para el territorio: los mecánicos de maquinaria industrial y las trabajadoras de casa particular. Ambas, aunque distintas en su naturaleza, comparten un mismo desafío: adaptarse a los cambios tecnológicos, sociales y económicos que definen el nuevo escenario laboral.

Al respecto, el director del Observatorio Laboral Biobío, Luis Méndez, explicó que las transformaciones globales y la automatización redefinieron las competencias necesarias para que las personas se mantengan vigentes en el mercado.

"En los mecánicos, la irrupción de las tecnologías 4.0 y las energías renovables está generando nuevas oportunidades y desafíos. Ya no basta con saber reparar: se requiere comprender sistemas automatizados, electrónica y prevención de fallas mediante monitoreo digital", señaló.

TECNOLOGÍAS 4.0 Y ESCASEZ DE MANO DE OBRA CALIFICADA

En la provincia de Biobío, donde la industria forestal, energética y manufacturera tienen un peso relevante, esta tendencia se vuelve particularmente urgente. La falta de personal calificado y la necesidad de capacitación continua son algunos de los factores que preocupan a las empresas del sector.

El estudio detalla que, junto con las habilidades técnicas, los empleadores valoran cada vez más competencias socioemocionales, como la comunicación efectiva, el liderazgo y la responsabilidad. En contraste, la alta rotación del personal y la baja polifuncionalidad figuran entre las principales debilidades detectadas.

Frente a ello, Méndez subrayó que la formación técnica debe ir acompañada de una sólida base en habilidades blandas: "Sin confianza, trabajo en equipo o iniciativa personal, ninguna capacitación técnica será suficiente".

INFORMALIDAD Y DESIGUALDAD

En paralelo, el estudio profundizó en la situación de las trabajadoras de casa particular, una ocupación que, aunque históricamente relegada, se perfila como una de las más necesarias en los próximos años. El envejecimiento de la población y el aumento de la demanda por servicios de cuidado hacen prever que este sector cobrará aún más relevancia en la región y la provincia.

Sin embargo, la investigación advierte que persisten grandes desafíos: informalidad, desigualdad salarial, escasa protección social y desconocimiento de los derechos laborales tanto por parte de las trabajadoras como de los empleadores.

Respecto de este fenómeno, la seremi del Trabajo y Previsión Social, Sandra Quintana, destacó la importancia del estudio como una herramienta para orientar políticas públicas. "Las trabajadoras de casa particular enfrentan vulnerabilidad ante las crisis económicas y carencia de apoyo institucional. Profesionalizar su labor y fortalecer la capacitación son pasos clave para mejorar sus condiciones", afirmó.

Hoy, en la provincia de Biobío existen diferentes experiencias de capacitación impulsadas por el Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap), que con apoyo del Instituto de Seguridad Laboral, la Dirección del Trabajo y el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG) han buscado certificar competencias y reconocer la experiencia acumulada por muchas mujeres que desarrollan su oficio.

HACIA UNA FORMACIÓN MÁS INTEGRAL Y ARTICULADA

El POC 2025 también pone el foco en la articulación entre instituciones educativas y empresas, para que la oferta formativa responda efectivamente a los cambios de la industria.

En este sentido, el informe recomienda integrar habilidades blandas en los programas técnicos, junto con una actualización constante en tecnologías emergentes, mantenimiento predictivo y seguridad laboral.

En el caso de los mecánicos, la transición hacia energías renovables no convencionales abre nuevos espacios de empleo, especialmente en comunas donde existen proyectos eólicos y solares.

Para las trabajadoras de casa particular, en tanto, el desafío pasa por fortalecer la formalización del empleo, promover instancias de autocuidado y diálogo laboral, y avanzar hacia el reconocimiento de derechos como la compensación por años de servicio o días administrativos.




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