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El estudio, inédito en su profundidad, combina análisis cuantitativo y cualitativo, e incorpora la participación de diversas instituciones del Estado, como Carabineros de Chile, la Policía de Investigaciones, Gendarmería, la Armada, el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), el Servicio Nacional de Aduanas y la Subsecretaría del Interior, entre otras.
En el análisis de la macrozona sur, que incluye a la región del Biobío, se ha detectado la presencia de organizaciones criminales transnacionales, como células vinculadas al Tren de Aragua, tales como Los Hermanos Cartier, La Hermandad y Los Piratas. Las actividades principales de estas organizaciones son el narcotráfico, la extorsión y la trata de personas.
En la zona, el microtráfico se ha diversificado para incluir marihuana, pasta base, cocaína y, en menor medida, drogas sintéticas como ketamina y metanfetamina.
El informe indica que, en el caso del robo de madera, las organizaciones operan de forma articulada en toda la cadena logística y emplean falsificación documental para blanquear el recurso. Junto al robo de salmones, constituyen mercados ilícitos extendidos que afectan a la macrozona sur.
Las entidades detrás de estos delitos, según detalla el informe, adquirieron la capacidad de blanquear activos en mercados formales.
La investigación revela que la región del Biobío concentra un importante número de homicidios, que son utilizados como instrumentos funcionales para el crimen organizado. Específicamente, la región registró un 23,2% de víctimas vinculadas al crimen organizado en 2024.
Si bien la tasa regional de homicidios ha descendido levemente, la provincia de Concepción ha experimentado un aumento en los casos, lo que impacta negativamente en la percepción de seguridad de la población.
Para el profesor investigador y experto en violencia y criminalidad, Alexander Nanjarí, de Faro UDD, el informe de la Fiscalía reivindica, en parte, el trabajo que se ha realizado desde la academia.
El experto explicó que, si se revisan los datos del Ministerio Público, en el caso de los homicidios hay un aumento continuado desde la década pasada, pero que empieza a presentar una curva ascendente desde el año 2019 en adelante, sobre todo en los años de pandemia de 2020 y 2021. Se mantuvo en 2022 y 2023, pero comenzó a disminuir a fines de 2024, aunque con una disminución marginal.
En el caso de los secuestros, desde el año 2017 se observa un aumento de los delitos a nivel nacional, pero el crecimiento explosivo se produjo específicamente desde 2019 y 2020 en adelante.
Alexander Nanjarí considera que la región del Biobío tiene un panorama bastante complejo.
"La región tiene un grave panorama de seguridad que ha sido desatendido por la autoridad pública, no solamente de este gobierno, sino también de administraciones anteriores que no supieron aplicar políticas de seguridad pública, en este caso, de prevención del delito, pero también de su combate directo, y que hoy nos dejan en esta situación", afirmó.
A pesar de los esfuerzos que se realizan por parte de la autoridad pública, los datos muestran en realidad una constante cantidad de delitos, pero no una disminución radical que permita afirmar que el panorama de la seguridad pública en la región del Biobío, en cualquiera de sus comunas o provincias, haya mejorado en relación con cinco o 10 años atrás.
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