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Debiéramos otorgar a las unidades vecinales facultades especiales para visar la instalación de empresas potencialmente contaminantes o peligrosas en sus inmediaciones. Hoy tienen la posibilidad de opinar, pero no tienen la facultad de vetar estos proyectos.
En nuestra labor diaria, hemos recibido, cada vez con mayor frecuencia denuncias de situaciones que derechamente atentan contra el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, a la protección del medio ambiente, a la preservación de la naturaleza y la conservación del patrimonio natural y social.
Entre los testimonios que hemos recogido en esta materia, hay algunos más alarmantes que otros, pero todos tienen el denominador común de contar con la abierta oposición de la comunidad donde esto ocurre. Sabemos que, a pesar de no contar con la aprobación de la comunidad, a veces, se instalan y prosperan proyectos que las agreden, incluso en caso de incendios ponen en peligro vida y enseres de los habitantes del sector.
Así como las juntas de vecinos tienen la capacidad de opinar en lo concerniente a la instalación de locales de expendio de bebidas alcohólicas en sus sectores, por mencionar un ejemplo, debiéramos otorgar a las unidades vecinales facultades especiales para visar la instalación de empresas potencialmente contaminantes o peligrosas en sus inmediaciones. Hoy tienen la posibilidad de opinar, pero no tienen la facultad de vetar estos proyectos; Y ¿quién responde luego de ocurrido el desastre? ¿No sería mejor hacer partícipe a la ciudadanía, con voz y voto desde la génesis de cualquier proyecto que les incumba?
Necesitamos dotar a nuestras juntas de vecinos de mayores atribuciones en temas medioambientales y de seguridad. No sólo como opinantes en la materia, sino como verdaderos ejecutores de la decisión de la ciudadanía. Las juntas de vecinos son quienes recogen las inquietudes de los habitantes de amplios sectores, aun los más apartados. Promueven y colaboran con las autoridades correspondientes en la observancia y en la ejecución de programas, especialmente a través de campañas de educación y participación, sería lo justo, voz y voto para la defensa del medio ambiente, o el tratamiento de residuos domiciliarios o el llamado de atención para limpiar un cortafuego. Poder para fiscalizar y hacer oír su palabra.
Estamos conscientes de la necesidad de una mayor regulación en temas medioambientales, sin embargo, seguimos entrampados en situaciones de difícil solución para los afectados. Mencionar como ejemplo la situación de contaminación que denuncian los regantes de Caliboro, Mollendo, San Carlos Purén, La Aguada, o los incendios a los que hemos estado expuestos en Mulchén, Pumanque, y tantos otros problemas de menor resonancia en los medios de prensa. La contingencia nos lleva a reflexionar sobre la urgente necesidad de entregar mayores atribuciones a las juntas de vecinos en estos temas.
Roberto Poblete Zapata
Diputado de la Republica
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