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Columnista

La importancia del apego desde la cuna y nuestro rol como adultos

Leslia Jorquera

Andrea Saldaña León

Directora Regional

Junji Biobío

por Leslia Jorquera

 Nuestras educadoras de párvulos utilizan como herramienta fundamental el vínculo del apego para acrecentar el aprendizaje socioemocional porque sabemos y hemos comprobado  que crecer en la senda de la afectividad cotidiana desde la cuna,  beneficiará el proceso de estimulación para desarrollar una mayor inteligencia.   

 

La importancia del “apego” es un tema fundamental para la primera infancia y la educación parvularia, un concepto que habla de la generación de vínculos que se crean en los primeros años, fundamentalmente con la familia, la madre y figuras cercanas, como las educadoras de párvulos, técnicos de educación parvularia,  pero que también remite al desarrollo afectivo de los niños y niñas con la comunidad y la sociedad.

Según diversos autores, el niño y niña  va desarrollando el vínculo afectivo como resultado de una serie de conductas tanto de su parte como de parte de las figuras de apego. Si esta vinculación se desarrolla de buena manera, permitiendo que se establezca en el niño el apego seguro, surgen en él sentimientos de afirmación y seguridad y un modelo mental adecuado sobre las relaciones afectivas que marcará toda su vida. El fortalecer el apego implica realizar acciones cruciales como pasar tiempo junto a sus hijos e hijas, las interacciones cara a cara, el contacto visual, la cercanía física, el tacto y compartir otras experiencias sensoriales primarias como olores, sonidos y gusto. En este sentido, el componente más importante en la creación de apego, es el contacto físico positivo, es decir por ejemplo, el abrazar, mecer,  acompañar, contener. No debe sorprender, entonces, que el hecho de  mirar detenidamente, sonreír,  cantar y reír signifiquen  acciones que causan actividades neuroquímicas positivas en el cerebro.

Nuestro aporte desde la educación parvularia es fomentar el apego  a fin de mejorar  la calidad de vida de los niños y niñas. Por ello, nuestras educadoras de párvulos utilizan como herramienta fundamental el vínculo del apego para acrecentar el aprendizaje socioemocional porque sabemos y hemos comprobado  que crecer en la senda de la afectividad cotidiana desde la cuna,  beneficiará el proceso de estimulación para desarrollar una mayor inteligencia.

  

El apego no es lo mismo que el primer contacto piel a piel al nacer, la lactancia, el juego o la estimulación.  Si bien son todos momentos muy importantes y valiosos para la crianza y el vínculo, ninguno de ellos por sí solo garantizará un apego seguro. De esta forma,  debemos estar atentos cuando los niños busquen protección, comunicarse,  y entregárselo siempre para ayudar a construir su espacio humanamente. Por tal motivo, la manera en que respondamos a los más pequeños determinará la calidad del apego que puede ser seguro o inseguro porque un niño o niña que ha experimentado apego seguro es un niño o niña que se desarrollará mejor, que explorará el mundo con seguridad y confianza y, en consecuencia,  tendrá mayores oportunidades de aprender.

En el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet,  la educación pública de calidad desde la cuna, contemplan estrategias referidas al bienestar y al cuidado de los niños de 0 a 3 años, así como al desarrollo de conductas de apego en las salas cuna, con módulos de capacitaciones  para plantear de qué forma el adulto puede conocer paulatinamente el comportamiento de cada uno de ellos y así fortalecer aún más el rol protagónico de padres y madres  en la educación de sus hijos e hijas.

Andrea Saldaña León

Directora Regional 

Junji Biobío

 

 

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