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La Tribuna
Columnista

Importancia de las emociones en el aprendizaje de los niños

Leslia Jorquera

Lisette Bazignan Guerrero

Psicóloga y académica Facultad de Psicología

Universidad San Sebastián

por Leslia Jorquera

El aprendizaje es eminentemente emocional, por ejemplo, si un niño o niña se siente temeroso en su ambiente educativo,  por el temor a la evaluación, sus posibilidades de aprendizaje disminuyen.                                                              

Las emociones son fundamentales en el proceso de aprendizaje de los niños. Esta frase, que hoy nos parece cierta, fue durante mucho tiempo negada por los paradigmas imperantes en educación que obedecían a los marcos de origen positivista a través de los cuales los niños eran considerados tabulas rasas, es decir, cuya función era sólo recepcionar la información de los profesores. De esta manera, los niños eran transformados en entes pasivos del aprendizaje. Otras teorías han aportado y se han incorporado elementos importantes a la comprensión de cómo los niños aprenden y, desde las teorías constructivistas, hoy sabemos que ellos son los principales protagonistas del aprendizaje y que además se aprende mejor en la interacción con otros.

No obstante, aún no se ha enfatizado lo suficiente en mencionar que el aprendizaje es eminentemente emocional, por ejemplo, si un niño o niña se siente temeroso en su ambiente educativo -ya sea por el temor a la evaluación, al profesor o a alguno de sus compañeros- sus posibilidades de aprendizaje disminuyen ya que su atención se dirigirá hacia estas amenazas, lo cual resulta incompatible con el aprendizaje que requiere relacionar, crear y desarrollar pensamientos de orden superior. Por el contrario, cuando los niños se sienten seguros en su ambiente, motivados y felices se encuentran en un estado emocional que favorece el que puedan aprender.

Por otra parte, si consideramos el trabajo de los docentes sabemos que sus expectativas respecto a lo que pueden o no lograr sus estudiantes influyen en gran manera en el resultado de éstos. El clima emocional de la sala de clases y el vínculo profesor-alumno es un factor importante en los procesos de enseñanza y aprendizaje, siendo variables que pesan mucho a la hora de predecir los desempeños escolares.

Desde esta perspectiva, la educación que considera las emociones como un eje fundamental, no sólo permite convivir en ambientes libres de violencia en las escuelas, sino que además otorga mayores posibilidades de aprender. Teniendo en cuenta lo antes mencionado, los sistemas educativos debieran propender a considerar a los niños como seres humanos integrales y, por lo tanto, educarlos con este enfoque.

Es importante cuestionar si nuestros sistemas de enseñanza y evaluación no provocan muchas veces ansiedad y temor, factores que disminuyen el deseo natural de todo ser humano de aprender y maravillarse con el nuevo conocimiento y por el contrario transforman el acto de aprendizaje en un proceso mecánico y sin sentido, cuyo objetivo es la medición y el logro de una calificación suficiente.

Lisette Bazignan Guerrero      

Psicóloga y académica Facultad de Psicología                             

Universidad San Sebastián

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