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Columnista

No me ayude tanto compadre

Leslia Jorquera

Renato Segura Domínguez

Amplitud Los Ángeles

por Leslia Jorquera

A partir de 2015, junto a la aplicación de la nueva ley de tributos en Chile, las empresas han visto aumentar el factor de riesgo de fracaso empresarial. Las falencias que ocultó la insuficiente discusión y conocimiento de la Reforma Tributaria, producto de la presión de la autoridad para lograr su aprobación, está pasando la cuenta.

 

Lo que se pensaba iba a ser un beneficio para la pequeña y mediana empresa, la postergación del pago del IVA se está transformando en una mochila que acumula, en cada ejercicio desde su implementación, deudas que a muchas empresas las ha comenzado a asfixiar.

El derecho a la postergación del pago del IVA fue considerado como una ayuda a la micro, pequeña y mediana empresa para suplir los desfases entre la emisión de la factura y el pago efectivo que hace el cliente respecto de la misma. La sola emisión de la factura, obligaba a reintegrar el 19% de recargo sobre el valor neto de la venta; obligación que debía ser cumplida en un plazo que no excediera el día 20 del mes siguiente a la fecha de emisión de la factura (haya sido ésta cancelada o no). Las empresas, acostumbradas a vivir bajo este régimen tributario, habían encontrado en el IVA de las cuentas por pagar, generados en sus planes de crecimiento y/o manejo de inventarios, la forma de gestionar la obligación que imponía el reintegro de los dineros fiscales asociados a dicho impuesto.

Sin embargo, la Reforma Tributaria vino a cercenar una parte importante del ejercicio contable de las empresas pymes, obligándolas a sistemas de contabilidad con mayor rigidez (cómo la Factura Electrónica) y eliminación de franquicias tributarias (FUT) para poder hacer un manejo de la caja sin afectar la viabilidad de su negocio.

A partir de 2015, junto a la aplicación de la nueva ley de tributos en Chile, las empresas han visto aumentar el factor de riesgo de fracaso empresarial. Las falencias que ocultó la insuficiente discusión y conocimiento de la Reforma Tributaria, producto de la presión de la autoridad para lograr su aprobación, está pasando la cuenta. El ambiente en el que se desarrolla la pyme en Chile, hacía prever que la facultad de solicitar la postergación del IVA, activaría el uso de dichos recursos para fines distintos al espíritu de la ley, toda vez que es evidente la necesidad de caja para cubrir la baja liquidez que subyace sobre los procesos de ajuste del ciclo económico (requerimiento de caja para inversión y acumulación de inventarios o requerimiento de caja para hacer frente a los compromisos financieros frente a disminución en las ventas).

“La falta de liquidez nunca es causa, sino síntoma del fracaso empresarial” (Eguiguren, 2014), falta de liquidez que hoy día se ha profundizado con la ayuda para diferir el pago del IVA que el fisco otorga a la pequeña y mediana empresa en nuestro país.

Renato Segura Domínguez

Amplitud Los Ángeles

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