El 21 de septiembre Chile celebra el Día Nacional de la Trabajadora y el Trabajador Radial, fecha que invita a recordar la importancia de esas voces que acompañan, informan y entretienen a diario.
En este contexto, la experiencia de Rogelio "Roge" Saavedra Navarrete, exlocutor de Mulchén que forjó una entrañable conexión con la comunidad local a través de su programa "Yumbeleando" en Radio Centinela, ofrece una valiosa perspectiva sobre la esencia de la radio y su evolución.
Su programa, que se emitió por cinco años entre 2000 y 2005, no era solo un espacio musical; era un punto de encuentro comunitario. Con música pop —donde Shakira sonaba con fuerza— se transmitía los sábados de 15:00 a 16:00 horas y se caracterizaba por su fuerte enfoque comunitario.
Saavedra recuerda con cariño cómo la gente enviaba saludos, participaba en concursos e incluso rifaba tortas, para crear un ambiente familiar y cercano. La implementación de una página de Facebook le permitió trascender las ondas, lo que hizo que los oyentes lo reconocieran en persona por la calle. Una de las experiencias más conmovedoras fue cuando un señor viajó desde el campo solo para conocerlo.
Hoy, con más de 50 años y observando los rápidos avances tecnológicos, Saavedra entrega una reflexión ponderada sobre el futuro de la radiodifusión y el rol del locutor.
En un mundo donde las redes sociales y la inteligencia artificial redefinen las formas de comunicación y trabajo, su testimonio subraya la vigencia del contacto humano y la responsabilidad social que la radio mantiene con sus oyentes.
¿Puede presentarse y contarnos de su recordado programa en Yumbel?
—Mi nombre es Rogelio Saavedra Navarrete, soy de Mulchén. Trabajé como locutor unos cinco años en Radio Centinela de Yumbel, donde mi programa se llamaba "Yumbeleando".
¿Cómo recuerda la dinámica de "Yumbeleando" y la conexión que logró con la comunidad?
—Era un programa de música pop, que transmitíamos los sábados de 15:00 a 16:00 horas de la tarde, muy comunitario. La gente mandaba saludos, participaba en concursos. Era muy agradable, me reconocían por la voz y después en persona, y eso fue muy emotivo.
¿Qué pasó finalmente con "Yumbeleando"?
—"Yumbeleando" tenía mi marca, era mío. Se terminó porque había que viajar los sábados y se complicó, aunque intentamos seguir haciendo programas por contacto telefónico.
¿Qué visión tiene sobre el rol del locutor radial en la era digital actual, frente a tecnologías como la inteligencia artificial?
—El locutor, hoy en día, es un tremendo nexo con la comunidad, y eso se valora mucho, sobre todo en las personas ligadas a la agricultura, ya que es parte de la familia. Aunque la inteligencia artificial ofrece mucha información, el locutor tiene que depurar todo eso, ya que esta puede cometer errores.
¿Considera que la radio y el locutor tienen un futuro asegurado pese a todos los avances tecnológicos?
—Sí, la radio gana en el tema porque tiene una fuerte conexión de comunicación y educación, algo que las redes sociales, que pueden ser "armas de doble filo", no siempre garantizan. El locutor se vale de la tecnología, pero su labor de transmitir un mensaje bueno y positivo, y la confianza con el auditor, creo que siempre va a tener esa vigencia.
Finalmente, ¿cómo celebraban el Día del Trabajador Radial en su época?
—Celebrábamos el Día del Locutor el 21 de septiembre. Hacíamos un asadito bajo el parrón en verano, dejábamos la radio en automático y celebrábamos.
