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La Tribuna

Luis Cuevas: el compromiso de un carabinero que ha salvado vidas

por Gonzalo Meller

El suboficial mayor, toda su vida quiso pertenecer a la institución y hasta el momento así lo ha hecho. Hoy cuenta como ha desenvuelto una labor trascendental en muchos aspectos, especialmente en la carretera.

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Como una persona cercana y alegre, así es como se definió Luis Gastón Cuevas Navarrete (58), quien es suboficial mayor de Carabineros de Chile.

Cuevas lleva a la institución en la sangre, ya que su papá también perteneció a la misma.

Hoy cuenta las situaciones buenas y malas que le han tocado vivir, en especial, en su trabajo en las carreteras.

TRADICIÓN DE ORDEN Y PATRIA

Luis nació el 4 de noviembre de 1961 en el sector Rinconada de Laja. Sus padres son Zaida Navarrete Rivera y Miguel Cuevas Cuevas.

Hace dos años murió su padre, quien fue carabinero y un ejemplo a seguir, inculcando el amor por la institución, que más tarde le llevaría a formar parte de aquellos que mantienen el orden público junto a la seguridad al interior de todo el territorio de la República.

Referente a su madre, quien se encuentra viva, el suboficial mayor le recordó con mucho cariño, aseguró que es una mujer estricta.

El funcionario policial estudió en el Liceo Politécnico A-66 de Laja, donde egresó como técnico profesional en fundición metálica.

Pese a la especialización y a varios trabajos esporádicos, siempre supo que su destino sería pertenecer a Carabineros de Chile. Y así lo hizo cuando cumplió los 18 años.

CON EL ALMA EN LA INSTITUCIÓN

Luis reconoce que ser carabinero lo lleva en la sangre. Su padre fue parte de la institución desde los años 40, cuando aún se andaba a caballo.

Cuando terminó su enseñanza media, el funcionario sintió que debía seguir el rumbo de su papá.

Debía seguir haciendo lo que el destino me tenía preparado, aseguró.

Por este motivo, decidió hacer un curso de perfeccionamiento en Concepción e ingresó a la institución. En 1991 fue destinado a la comuna de Lebu.

Pero este no fue su único lugar, a medida que pasaban los años fue trabajando en distintas localidades: Arauco, Laraquete y Carampangue.

Más tarde llegó a la Tenencia de Carretera, que antiguamente se encontraba en la Ruta 5 Sur.

En 2010, Luis se fue a la Escuela de Suboficiales a hacer un curso de perfeccionamiento para tener un grado más alto, el cual hoy en día le llevó a ser suboficial mayor de Carabineros.

LABOR EN LA CARRETERA

Luis aseguró que de los lugares que estuvo, no tiene uno preferido, ya que para él todos tienen su encanto.

Cuando entras a la institución, tienes muchas opciones, puedes estar en la oficina, en la calle preocupado del orden y la seguridad, o ir más allá y formar parte de las fuerzas áreas entre otras, aseguró.

Sin embargo, reconoció que le gusta el trabajo en control de tránsito, que es lo que ha hecho casi toda su vida.

Me gusta estar al servicio de la comunidad, llegar oportunamente para rescatar vidas o prestarles cooperación, aseguró.

Actualmente trabaja en la Subcomisaría 7 Carretera Biobío, que está ubicada en el kilómetro 476 de norte a sur.

Luis explicó que el trabajo de carretera está abocado un 90% en lo que es control vehicular y el resto en la parte delictual.

Se debe prestar colaboraciones, vigilar servicentros, entrevistar con los conductores que están con descanso y las emergencias del 133, detalló.

Un trabajo que aseguró disfrutar al compartir con la comunidad, haciendo entrega de chalecos reflectantes u otorgando una conversación amena informando sobre los peligros de la carretera, realizando campañas que previenen accidentes salvando a muchos de ellos sin resultados fatales que lamentar.

DOS VIDAS SALVADAS POR SU COMPROMISO

Al carabinero le han ocurrido situaciones malas y buenas en su trabajo.

Entre lo malo destacó la muerte de personas en accidentes de tránsito. Pero en especial, cuando las víctimas son niños.

Uno puede tolerar cuando hay gente adulta, pero no cuando hay niños, aseguró.

Sin embargo, entre lo bueno recalcó haber salvado la vida de dos personas.

El primer caso ocurrió en 1992, cuando un joven se estaba ahogando en río Lebu.

El joven pedía auxilio, yo rápidamente con un bote llegué donde el joven y lo rescatamos... estuvo un tiempo internado pero se salvó, relató.

El segundo fue cuando una señora se lanzó del puente Salto del Laja al río.

Se recibió un llamado al 133 y como andábamos a unos 500 metros del puente llegamos rápido al río. Con lazos y palos la pudimos sacar del caudal del Laja, señaló.

EL HOMBRE FUERA DE SERVICIO

Luis se definió como una persona cercana y alegre. Él vive en Los Ángeles, con su esposa y dos hijos: una mujer y un hombre.

Su cónyuge trabaja en el área pública y sus hijos estudian en el Colegio Saint George.

En su tiempo libre practica actividad física; sale a trotar y juega futbol.

Sin embargo, Luis aseguró que su corazón está en el control de carreteras y, por sobre todo, en la institución.

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