
Las tensiones en la zona se remontan desde 1949, fecha en que ocurrió una extensa guerra civil, la cual concluyó con una victoria comunista. Los derrotados republicanos nacionalistas huyeron y formaron un gobierno en la isla de Taiwán. Actualmente, Pekín, el cual se considera como un estado soberano, mantiene a Taiwán como una provincia separatista, y mantienen una constante disputa por el territorio chino.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, manifestó que estas provocaciones podrían afectar directamente la paz y democracia en el continente asiático. A su vez, recalcó que: “Taiwán no busca la confrontación, pero hará lo que sea necesario para defenderse”.
Por su parte, China acusó a Estados Unidos de estar apoyando las fuerzas separatistas de Taiwán. “Comprometerse con la independencia de Taiwán es un callejón sin salida. China tomará todas las medidas necesarias y aplastará firmemente cualquier plan de independencia de Taiwán”, afirmaron autoridades chinas a BBC.