En medio de la pandemia más grande de nuestro siglo nos hemos dado cuenta de cómo una problemática circunscrita inicialmente solo al ámbito de la salud puede repercutir en muchas otras áreas de nuestra vida cotidiana.

Hoy vemos cómo el Coronavirus ha tocado aristas tan sensibles como la empleabilidad, la forma en que nos desplazamos o el ingreso de los hogares, lo que unido a la incertidumbre propia del contagio están generando una de los escenarios más complejos de nuestra generación.

Es por eso que el Acuerdo Covid al que llegó el Gobierno con parlamentarios y actores políticos de manera transversal representa una muy buena noticia para millones de familias que se han visto enfrentadas a los embates de esta pandemia global.

El acuerdo implica tres pilares fundamentales: 1) Marco fiscal de los próximos dos años; 2) Ingreso de las familias; y 3) Recuperación económica.

En primer lugar, se implementará un programa fiscal inédito en nuestro país y en Latinoamérica, de 12 mil millones de dólares, lo que permitirá usar esos recursos en un plazo de 24 meses para apoyar a las familias, a los trabajadores, para impulsar la inversión pública o para cualquier medida que sea necesaria implementar de acuerdo a la evolución que tenga el país.

En segundo lugar este acuerdo tiene como eje central a las familias, y es por eso que se acordó aumentar la cobertura y el monto del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de $ 65 mil a $ 100 mil por persona, llegando hasta el 80 % de los hogares más vulnerables. También se considera el traspaso de mayores recursos a los municipios, que sabemos son quienes tienen el primer acercamiento con los hogares.

Y, finalmente, un plan de recuperación económica para levantar el país, ya que sabemos que lo principal en este momento es la salud de las personas, pero una economía alicaída implica menos productividad, menor empleabilidad, peores salarios y, por ende, menos ingresos para los hogares.

Pero uno de los aspectos más relevantes de este acuerdo es la unidad que hay detrás. El simple hecho de dialogar y llegar a consensos por el bien de Chile es en sí mismo una muestra de que debemos avanzar juntos para superar la crisis sanitaria y sus alcances. Esa es quizás la mejor señal que podemos dar en estos días.

Sin embargo, ningún consenso ni ninguna medida logrará ser realmente efectiva si como individuos no tomamos conciencia del peligro y la amenaza que este virus representa para todos. No se trata solamente de cuidar nuestra salud de manera personal, sino de cuidar a nuestras familias, a nuestros cercanos y a toda nuestra comunidad. Solo la responsabilidad con los demás nos puede encaminar hacia la superación de la emergencia sanitaria.