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La Tribuna

La artista angelina que enseña a abuelitas y niños y que expondrá en París

por Víctor Contreras

Su pasión es la pintura, aunque se desempeña en otras áreas manuales. En sus tiempos libres adora juntarse con adultas mayores para ayudarles a expresarse a través del arte.

Ana María Urenda Gómez realiza un taller denominado ‘Manitos de Monja’, en donde se reúne con mujeres de la tercera y cuarta edad para pintar. Las guía a través de la expresión artística y asegura que logra que se sientan más felices, hace poco estas abuelitas expusieron en la Universidad de Concepción, al igual que las pinturas de niños menores de 4 años, también impulsados por Ana María.

La exposición de los niños incluía menores que iban desde los dos años cuatro meses hasta los cuatro años, todos pertenecientes al jardín infantil ‘Los Peques’, quienes también aprenden de música con la entusiasta artista de Biobío. “Es la quinta exposición que hago con ellos y les ayuda mucho en lo cognitivo y también la imaginación”, indicó.

 

UN ESPÍRITU AL SERVICIO DE LA NECESIDAD ARTÍSTICA

Sin duda la labor que más disfruta es estar al lado de sus queridas amigas mayores, de quienes cuenta tienen muchas limitaciones, pero igualmente llegan sagradamente cada martes a pintar con ella. “Cada vez que pintan se les olvidan todos los achaques”, dijo Urenda a La Tribuna.

Esta es una iniciativa que ella realiza sin fines de lucro, aunque a sus alumnas no les gusta que sea gratis, por lo que aceptó que les diera una cuota mensual de 5 mil pesos, dinero que igualmente usa para ofrecerles una once cada martes luego de las sesiones de pintura.

ARTISTA HECHA A SÍ MISMA

La pintora de 53 años relató que “yo empecé de cero como artista una vez siendo adulta. Antes era mal visto que los hijos se dedicaran al arte”. Además dijo sobre su vida personal que “me casé muy joven por lo que ya tengo nietos grandes, así que me estoy dedicando con todo ahora a mis creaciones”.

No obstante, el camino no ha sido fácil. “Mi esposo tiene esquizofrenia, por lo que se hace complicado, aunque me hizo bien participar en los primeros concursos, lo que me llevó a exponer con artistas de reconocida trayectoria, a quienes les gustó los trabajos que yo realizaba”, expresó la mujer que también estudió trabajo social cuando sus hijos eran pequeños.

“Empecé pintando efectos ópticos y cosas en movimiento que también poseían una cinética muy interesante, como mariposas las mariposas en movimiento por ejemplo”, dijo Ana María, agregando que ahora quiere hacer arte con respecto a las etnias existentes en nuestro país. “Quiero hacer obras mapuches, mezclar la pintura con el telar, también trabajo la joyería, así que quiero enfocarme en obras mixtas”.

PRESENTARÁ SUS OBRAS EN PARÍS

En septiembre de 2018, Ana María Urenda Gómez expondrá en una exposición colectiva que se realizará en París, Francia, emulando a otras pintoras chilenas como la mismísima Violeta Parra, quien también presentó sus obras en aquella ciudad, la más visitada de todo el mundo.

Ella enviará sus cuadros hasta allá, por lo que se dedicará todo este tiempo sólo a aquellas creaciones, teniendo que dejar de participar en los talleres durante este período. Fue el pintor chileno Alejandro Salazar Sagá quien convocó a los pintores más destacados de su círculo para esta exposición europea.

“UNA PERSONA SE OLVIDA DE LOS PROBLEMAS CUANDO PINTA”

En relación a su experiencia íntima con el arte, la angelina nacida en Concepción confesó que “el arte te sirve para muchas cosas. Yo soy una persona súper feliz porque trabajo en lo que me gusta. No me voy a hacer rica pero soy feliz. “A veces uno toca muchas puertas y te las cierran, aunque uno rescata cosas valiosas de la vida como por ejemplo haber expuesto en ‘La Sebastiana de Valparaíso (casa y hoy museo de Pablo Neruda), en un homenaje a Violeta Parra”.

“Una persona se olvida de los problemas cuando pinta, se olvida de todo, yo me puedo amanecer pintando y no me canso. También trabajo hace diez años en el Hospital de salud mental y veo en mis alumnos lo que el arte y la realización de éste afecta positivamente su autoestima, así como también cambia las vidas”, dijo orgullosa la pintora.

“La gente se empieza a valorar desarrollando el arte, se olvidan de sus problemas y dolores, en la parte cognitiva hace muy bien y para el alma también, enfatizó. Además aprovechó la instancia para agradecer a la Udec de Los Ángeles por facilitar las dependencias para sus exposiciones. Igualmente quiso enviar un afectuoso saludo a una de sus alumnas de ‘Manito de Monja’, la señora España, quien se encuentra muy delicada de salud y a quien todas desean ver pronto de vuelta a pintar cada martes.

 

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