"Queremos generar cultura en Los Ángeles"

Alejandra Sánchez Ocampo

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Victoria Martínez y Julián Hernández, son un joven matrimonio de actores, ella angelina y el penquista, se conocieron mientras estudiaban en Concepción, donde se casaron y lugo del terremoto del 22 de febrero en el 2010, decidieron embarcarse en una nueva aventura y se vinieron a Los Ángeles, junto a su hijo Vicente.

Llegaron con la idea de generar cultura en la ciudad, partiendo con un proyecto llamado Teatroplan, la que actualmente es su compañía de teatro que es nuestra compañía de teatro actual, hace 4 años.

Trabajamos en las poblaciones con un proyecto que se llama rodantes fuentes, que recorremos con un trencito de carga los Ángeles contando cuentos, solo los dos participamos.

Julián cuenta que “hicimos varios montajes, entre ellos, La Composición, Que Haría Yo Sin Mí, partimos de a poquito, siempre con la idea en mente de potenciar la cultura acá, porque aquí hay que hacer muchas cosas, y decidimos poner un espacio dedicado a la cultura, ese espacio fue lento hacerlo, porque lo hicimos por nuestros propios medios”

¿Cómo hicieron para poder financiar este proyecto?

La idea nuestra era hacer cultura donde no había, por lo que se necesita un espacio físico, el que acá en Los Ángeles no existía.

Fueron como dos años de trabajo teatral para lograr levantar esto y financiarlo.

¿Cuánto tiempo llevan con este centro?

Muy poco, el 29 de noviembre del año pasado comenzó a funcionar nuestro centro cultural.

Nuestros procesos son más lentos que el común de las compañías, hay que administrar el centro, ver el tema de la difusión, que es complicado para nosotros, no tenemos presupuesto para eso.

Después el proceso de rodantes cuentos, que para nosotros fue muy gratificante porque conocimos a muchas personas en ese trayecto, y pudimos terminar el centro.

Cuando lo abrimos realizamos los primero talleres de cuentos para niños, gratuitos, para que niños de las poblaciones, conocieran el centro.

¿En que están ahora?

Ahora estamos con una temporada que se llama nochecitas de teatro, de aquí todo el año, todos los sábados en nuestro centro cultural, todas las noches a las 21 horas, entrada gratuita. Nosotros actuamos, hemos tenido buena acogida de público.

¿Cuáles son las proyecciones con este centro?

La idea es que el nexo cultural con la gente se haga un habito consumir harto, de hecho, la gran cantidad de gente que ha visto esta obra en nuestro centro, nunca había visto teatro, eso para nosotros es muy gratificante, porque en su primera experiencia teatral fue en un espacio de acogida más chiquitito, y ellos se sintieron más cómodos, y eso ha sido gratificante.

Nuestra proyección es que después se vuelva allá a ver noches de teatro y que todo el mundo sepa que existe el teatro ahí, y que no se diga que no se hace teatro en Los Ángeles.

¿Cómo lo hacen para financiar el proyecto de su centro?

Nosotros vivimos netamente del teatro, pero también vinculado a la educación, entonces todo lo que generamos en el centro, también lo hacemos en colegios, o nos compran nuestras obras para llevarlas a empresas, también hacemos capacitaciones, docencia en la universidad, entonces generamos a través el teatro otros recursos para poder financiar el centro.

¿Pretenden seguir agrandando este centro?

Pretendemos habilitar un espacio para poner una biblioteca, hacer un estudio de grabación para hacer radio teatro con niños y adultos, tener una cafetería, crear la compañía del centro cultural con un elenco estable ya del centro cultural.

¿Cómo ve todo esto su hijo Vicente?

Nuestro hijo  de 7 años ha vivido todo el proceso con nosotros, el también quieres ser actor y vibra con el teatro, va de gira con nosotros y le encanta.

¿Qué significa para ustedes el teatro?

Victoria: Para mí personalmente es una adicción, porque sabemos todas las desventajas que pueden tener en  estabilidad, pero uno necesita serlo, porque se siente viva, feliz, llena de energía y es un encuentro de emociones. En las tablas se da un espacio mágico.

Julián: No me imagino haciendo otra cosa, es donde me siento seguro, cómodo, me gusta lo que hago y mis papás  también lo hicieron, siempre viví el teatro en el plano de forma muy cercana y familiar, se ve el mundo de otra forma.

Cuesta, uno se cuestiona todo el rato, pero es increíble.