Las tareas pendientes para construir más plantas desaladoras en Chile

El presidente de la Asociación Chilena de Desalinización, Carlos Foxley, dijo que "no tenemos que seguir mirando hacia la cordillera, tampoco hacia el cielo. Tenemos que mirar al mar, que concentra el 97,5% de toda el agua del mundo" para enfrentar la crisis hídrica que vive Chile.

Respecto a las áreas que se han visto afectadas con los estragos causados por la falta de lluvia de los últimos 15 años, destacan Coquimbo, Valparaíso y O'Higgins. Inlcuso, es posible que el racionamiento sea una necesidad.

Según cifras de ACADES existen más de 20 mil plantas desalinizadoras construidas en el mundo. En países con climas más desérticos como Israel o Arabia Saudita, la solución a la falta de agua ha llegado de la mano con procesos que permiten tratar casi la mitad para ser destinado a consumo humano, industrial y agrícola, entre otras áreas.

SITUACIÓN NACIONAL

En Chile, las plantas desalinizadoras existen desde el año 2003 y hasta ahora, el 80% de ellas está destinada a proveer de recursos hídricos a las faenas mineras, aunque también se ha demostrado que el agua desalada puede proveer a la población del insumo, en los casos de las ciudades de Antofagasta y de Tocopilla. Tocopilla está abastecida en un 100 por ciento por agua desalada. En Antofagasta hay varios sectores en los que se empezó a incorporar de manera paulatina la desalación, y hoy hay una capacidad para abastecer al 80 por ciento de la población de la ciudad.

Respecto a los lugares más idóneos en Chile para instalar estos procesos, ellos son los que cuentan con termoeléctricas que están siendo retiradas, debido a la infraestructura existente y a las concesiones marítimas que poseen. Otra zona es la cercana a Copiapó, ya que hay necesidades de agua en la cordillera, asociada a la minería, así como en los valles para la agricultura y en la costa para las ciudades, con un gran potencial solar para la generación de energía

REGULACIONES PENDIENTES

Según se ha planteado, lo que se quiere hacer con la legislación chilena es pasar de un modelo monopropósito del agua a uno multipropósito, entregado información técnica y tecnológica sobre las alternativas de desalación y de modelos de distribución, para que se puedan desarrollar estos proyectos en el país. Un modelo que se podría implementar es algo similar a las licitaciones eléctricas, en el cual oferentes entregan un precio del agua competitivo, teniendo acceso a terrenos de Bienes Nacionales para instalar plantas fotovoltaicas o eólicas.