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Rodrigo Friz: El fotógrafo angelino que convierte la cordillera del Biobío en un poema visual de identidad y conservación

por Stephanie Ramírez M.

Si bien su obra está fuertemente ligada a Antuco y Alto Biobío, su relación con la cordillera tiene raíces familiares. / Edición Diario La Tribuna | Rodrigo Friz

Su pasión desde niño lo llevó a convertirse en un referente destacado al mostrar los hermosos paisajes cordilleranos de la comuna de Antuco y Alto Biobío. A través de sus redes sociales, el fotógrafo angelino, Rodrigo Friz ha cautivado a miles de seguidores mostrando su relación íntima con la naturaleza y técnica propia de la astrofotografía, técnica que le ha permitido mostrar sensibilidad y un profundo compromiso con la conservación. 

En entrevista con Diario La Tribuna, expresó que su vínculo con la fotografía nació sin grandes planes, casi de manera espontánea.

"Siempre fui muy curioso e inquieto; me gustaba observar bichitos, flores, plantas o cualquier cosa que llamara mi atención", recuerda. La cámara de su padre —su primera herramienta— lo acompañó en esos recorridos tempranos, donde registraba lo que para él era un juego y una nueva forma de comprender el entorno.

Con el tiempo, esa afición se transformó en un aprendizaje autodidacta, basado en la exploración y en el manejo manual de la cámara. "Como siempre fui curioso, me llamaba la atención entender cómo funcionaba una cámara y por qué ocurría tal cosa cuando movía algún parámetro", explica. Esa inquietud lo llevó a dominar la técnica necesaria para incursionar en la astrofotografía, disciplina en la que destaca por la nitidez y profundidad de sus imágenes nocturnas.

Los paseos al campo de sus abuelos y las visitas a Santa Bárbara marcaron un imaginario que aún hoy lo acompaña. / Rodrigo Friz
Los paseos al campo de sus abuelos y las visitas a Santa Bárbara marcaron un imaginario que aún hoy lo acompaña. Rodrigo Friz

1. La astrofotografía y la alta montaña requieren técnica y precisión. ¿Cómo ha sido tu proceso de aprendizaje?

R: Ha sido prácticamente autodidacta. Aprendí mucho a través de la experiencia y la curiosidad. Me llamaba la atención entender cómo funcionaba una cámara y por qué ocurría tal cosa cuando movía algún parámetro. Lo que más me ayudó fue usar el modo manual. Aunque al principio no entendía bien cada ajuste, con cada foto iba aprendiendo. Recuerdo que mi primera astrofotografía no se me hizo difícil porque ya tenía nociones sobre el funcionamiento de la cámara.

2. ¿De dónde proviene tu conexión tan profunda con la cordillera del Biobío?

R: Mi conexión con la cordillera, o más que con la cordillera, con la naturaleza, comenzó desde muy chico. Íbamos al campo de mis abuelos y, junto a mis primos, primas y hermanas, pasábamos todo el día jugando en el bosque —o "el monte", como le decíamos nosotros—. También recuerdo algunos paseos familiares a Santa Bárbara, donde íbamos a la iglesia Santa María de los Andes a ver la virgen. Siempre recuerdo esas salidas: las cascadas que caían a la orilla de la carretera, las montañas y el río Biobío. Cada vez que vuelvo por esos lugares, todos esos recuerdos regresan conmigo. Con los años empecé a salir más seguido hacia esa zona, visitando lagunas y distintos rincones de la cordillera. Esas salidas hicieron que mi conexión con el paisaje se volviera aún más profunda.

También fui conociendo gente, familias pehuenches y su cultura. La forma en que viven, el respeto que tienen por su entorno y el recibimiento que me han dado siempre me han llamado la atención. Siento que el Alto Biobío es de los pocos lugares donde su cultura se mantiene casi intacta, además de que sus paisajes son realmente hermosos.

Más allá del registro visual, Frizz busca que su obra genere conciencia. / Rodrigo Friz
Más allá del registro visual, Frizz busca que su obra genere conciencia. Rodrigo Friz

3. ¿Qué te motiva a explorar y capturar zonas cordilleranas como Antuco y Alto Biobío frente a otros paisajes?

R: Lo que más me motiva de estos lugares son sus paisajes y su gente. Siento que tienen una identidad muy pura. No son paisajes masificados; tienen una fuerza cultural y natural que me inspira mucho. Además, siempre hay algo nuevo por descubrir.

4. Tus imágenes nocturnas destacan por su nitidez y profundidad. ¿Qué hace tan especiales a los cielos de esta región?

R: Creo que pocas personas se han dado cuenta de la calidad de los cielos en la región. Cuando uno se aleja lo suficiente de la ciudad o de las luces artificiales, puede encontrar lugares con muy poca o casi nada de contaminación lumínica, y eso permite ver la Vía Láctea y las estrellas con una claridad increíble. La combinación con montañas, volcanes, bosques y ríos hace que sean escenarios perfectos para la astrofotografía.

5. Muchos de tus registros corresponden a lugares de difícil acceso. ¿Cuál ha sido el mayor desafío para conseguir una de tus tomas?

R: Uno de los mayores desafíos de hacer fotografía en alta montaña es el clima y las caminatas cargando los equipos, porque muchas veces hay que caminar horas para llegar a ciertos lugares. Pero cuando llegas, todo ese esfuerzo vale la pena al ver los paisajes que se esconden detrás de cerros y montañas. Muchas veces el clima no nos acompaña, pero aun así el paisaje se disfruta al 100%.

Parte importante de su obra nocturna se debe a las cualidades excepcionales del cielo cordillerano. / Rodrigo Friz
Parte importante de su obra nocturna se debe a las cualidades excepcionales del cielo cordillerano. Rodrigo Friz

6. Para quienes admiran la calidad técnica de tus fotos nocturnas, ¿cuál es el equipo o lente indispensable que siempre llevas en tu mochila cuando estás en la cordillera?

R: En mi mochila siempre llevo mi cámara, actualmente una Canon R6 Mark II, que me ha dado muy buenos resultados en condiciones de poca luz. También un lente gran angular, fundamental para captar cielo y paisaje en una misma composición. Y por supuesto, el infaltable trípode y baterías extra.

7. Más allá de la estética, ¿buscas transmitir algún mensaje sobre la conservación o la identidad local al retratar paisajes como los de Loncopangue o Butalelbún?

R: Para mí no se trata solo de mostrar lugares bonitos. Busco que cada foto sea una invitación a respetar y cuidar estos territorios. Loncopangue, Butalelbún y muchas zonas del Alto Biobío tienen una identidad profunda, ligada al pueblo pehuenche y a una forma de vivir en relación estrecha con la naturaleza. Me gustaría que mis imágenes generen conciencia y amor por la naturaleza, que muestren que estos lugares son hermosos pero frágiles, y que vale la pena protegerlos. Que la gente se inspire y se contagie de esa linda cultura de explorar, cuidar, proteger y respetar el entorno.

8. ¿Tienes algún proyecto futuro o alguna ubicación en la cordillera del Biobío que aún no has logrado fotografiar y que tienes en la mira?

R: Sí, hay varios rincones del Alto Biobío que quiero documentar. También tengo en mente un proyecto audiovisual para retratar a su gente, su cultura, sus paisajes y la relación de las comunidades con su entorno. Espero poder concretarlo pronto.

Si bien su obra está fuertemente ligada a Antuco y Alto Biobío, su relación con la cordillera tiene raíces familiares. / Rodrigo Friz
Si bien su obra está fuertemente ligada a Antuco y Alto Biobío, su relación con la cordillera tiene raíces familiares. Rodrigo Friz

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