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Campesino Raúl Galaz: "Me seguirá gustando el campo hasta que muera"

por Jorge Guzmán Buchón

Este agricultor relató cómo es su vida y trabajo en los predios agrícolas del sector Cerro Colorado de Los Ángeles, y advirtió que los jóvenes de hoy "no tienden a interesarse por el campo".

/ Raúl Galaz aún disfruta de cuidar de sus animales, y su familia también trabaja en el campo, realizando labores ligadas también a las relacionadas con la agricultura.

Raúl Galvarino Galaz Pardo, de 76 años, es un agricultor nacido y criado en el campo Hijuela Santa Rosa, en el sector de Cerro Colorado en Los Ángeles. Y en el contexto del Día del Campesino que se conmemoró ayer 28 de julio, rescató parte de los aspectos que caracterizan la vida de campo, la que ha mantenido desde sus años de juventud cuando comenzó a trabajar con los cultivos y animales que utilizaba para generar sus ingresos.

Este agricultor angelino no se imagina un día sin trabajar en el campo, pero no ve que ese sea el caso en los jóvenes de hoy, que se han alejado cada día más de las labores ligadas al mundo rural.

En conversación con diario La Tribuna, don Raúl relató que después de que mi padre falleció, cuando tenía siete años, seguí trabajando junto a mi madre en la agricultura, que me gustó y todavía me gusta. Llega a ser muy sacrificado, pero me gusta mucho. Es muy sacrificado, si bien es bonito, cuando la gente de la ciudad viene no puede trabajar una hora. Es muy complicado. Yo sembraba de todo aquí, lentejas, trigo, porotos y las cosas que crecen aquí.

Para este campesino después se fue alivianando la carga, llegaron máquinas y hubo un tiempo que se ganó plata con la agricultura; pero después todo se fue encareciendo tanto que uno siembra y queda con la pura plata y la horqueta, como se dice en el campo. Uno sembraba porotos, los cosechaba y los trataba de vender para tener plata. El trigo lo ocupábamos también en la misma casa, criamos animales, cuando llegó la remolacha sembramos remolacha, enumeró.

TRABAJO DE CAMPO PARA MANTENER LA SALUD

Según Raúl Galaz, el trabajo en el campo es sacrificado, llueva o no llueva. Un tiempo nos dedicamos a la leche. No importa lo que haga uno, el trabajo es sacrificado. Me acuesto trabajando y me levanto trabajando, y quedo con trabajo pendiente para el día siguiente. También me gustan mucho los caballos, que es mi hobby, corrí un buen tiempo en el rodeo, donde no era de los mejores, pero lo pasé bien. Me gustan los caballos y criarlos.

Actualmente, se dedica a criar caballos que corren otros jinetes del rodeo. Algunos incluso han llegado al Champion de Chile. Dichos logros a uno lo tira para arriba, lo hace rejuvenecer, porque ya soy un hombre de edad. De hecho tengo compañeros del regimiento, con quienes hicimos el servicio que hoy andan con muletas, rescató el también criador.

Por el contrario, se mostró agradecido porque yo, con el favor de Dios, todavía me muevo, corro, atajo un animal (en el rodeo) y así hago todo, siendo además feliz en eso. Me ha dado un paro vascular, pero como hago ejercicio me sigo moviendo por todos lados. A veces siento alguna extremidad dormida, pero nunca cuando estoy en el caballo o manejando.

Respecto a las nuevas generaciones de jóvenes del campo, don Raúl opinó que a los niños hoy no les gusta el campo, les gusta la vida fácil. Tengo nietos que prácticamente viven aquí pero dan una vuelta, miran el paisaje, andan 20 o 30 metros de la casa para afuera y después vuelven y toman el celular. Uno espera poco de ellos en lo que se refiere a la agricultura, que además ha perdido rentabilidad. Ellos prefieren estudiar y ver otras profesiones, porque la agricultura realmente está pesada, reflexionó el agricultor.

NO IMAGINA UN DÍA SIN EL CAMPO

Galaz compartió que tengo una familia muy bonita, con mi esposa y mis hijos, y ellos me dicen que deje de trabajar por mi edad, pero la verdad es difícil encontrar, por ejemplo, alguien que sepa regar los predios.

En el caso de esa labor específicamente, el campesino indicó que la gente que podría trabajar y ayudarlo en esas labores no les gusta ensuciarse y lo encuentran muy sacrificado, así que yo tengo que seguir trabajando. Difícilmente voy a poder dejar de trabajar la tierra y seguramente lo seguiré haciendo hasta que muera. Me gusta el campo, me gusta preocuparme de mis animales, como los caballos. Mi mujer trabaja su huerta y su jardín y también disfruta con el campo. Nos gusta, declaró el agricultor.

Respecto a la importancia del empleo con el que aportan las distintas actividades que se realizan en sectores de producción agrícola -como en su caso- Galaz comentó que todo está complicado, con los costos de producción del campo. Entonces algunos jóvenes prefieren estudiar y ser profesionales, para trabajar en algo que valga más la pena. Con el favor de Dios, espero morir en compañía de mis hijos, en esta tierra que me ha dado tanta felicidad. Me seguirá gustando el campo hasta que muera. Incluso me gustaría que me enterraran aquí cuando parta de este mundo, finalizó el campesino.

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