Crecimiento y seguridad

Sin lugar a dudas que los grandes desafíos del país para el 2024 que recién comienza, deben estar enfocados en dos materias fundamentales: El crecimiento económico y la seguridad, las cuales están indisolublemente unidas y son las prioridades de la ciudadanía que se han expresado de muy distintas maneras.

Ya controlada la inflación gracias al trabajo del Banco Central (para este año se espera llegar al rango meta del 3,5% anual) y ya alejado el fantasma de entrar en un proceso recesivo, es necesario generar políticas que propicien la recuperación económica. Golpeados por el estallido social y la pandemia, además de la incertidumbre causada por dos procesos fallidos para tener una nueva constitución, es importante recuperar de manera vigorosa el ritmo de la actividad económica, especialmente en los sectores más afectados, como el turismo y el comercio. Cuando las economías vuelven a crecer, propician la generación de nuevos empleos, lo que es esencial para el bienestar de la sociedad. El empleo no solo proporciona ingresos, sino que también contribuye al sentido de dignidad y pertenencia.

No se debe perder de vista que a medida que la economía crece, hay más oportunidades de empleo y los salarios tienden a aumentar, lo que contribuye a mejorar el nivel de vida de la población, lo que también va de la mano con la reducción de la pobreza. Es vital atraer inversiones tanto nacionales como extranjeras ya que se generan más oportunidades de inversión rentable, lo que a su vez estimula el desarrollo a largo plazo. Sin duda que cumplir ese propósito es clave para tener estabilidad social y política al reducir la desigualdad económica y proporcionar oportunidades equitativas para todos. La falta de oportunidades económicas a menudo se asocia con tensiones sociales y políticas.

Lo anterior debe ir de la mano del gran desafío del país, es que enfrentar a la delincuencia, especialmente la vinculada al narcotráfico que actúa con extrema violencia y que generar una sensación de preocupación y desasosiego en buena parte de la población.

La seguridad es un aspecto fundamental para el desarrollo y el bienestar de nuestro país. El Estado debe proteger a los ciudadanos y residentes del país, lo que implica la prevención y gestión de amenazas como el crimen organizado, el terrorismo y otros riesgos de ese tipo.

Un país seguro contribuye a la estabilidad social al mantener el orden público y prevenir la violencia. Una sociedad segura proporciona un entorno en el que las personas pueden vivir, trabajar y desarrollarse sin temor a la criminalidad o a la violencia, además de ser atractivo para las inversiones y propiciar el desarrollo económico.

La seguridad es un componente integral para el desarrollo y la prosperidad de Chile. Un enfoque integral en la seguridad, abordando tanto las amenazas internas como externas, es crucial para garantizar un entorno seguro y estable para la población y promover el progreso del país. Ese debe ser el propósito del 2024.