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Mundial 2030

por La Tribuna

Mundial de fútbol / Pixabay

Era el sueño de Chile. Ser uno de los organizadores del Mundial 2030, justo para celebrar el centenario de la primera cita planetaria del fútbol. Para lograr el objetivo, se unió a Uruguay, Argentina y Paraguay con los cuales se oficializó una organización y una hoja de ruta para conseguir que el anhelo de estos cuatro países se hiciera realidad.

Sin embargo, este miércoles se tuvo una noticia que cayó con un verdadero balde de agua fría. Por decisión de la FIFA, en el subcontinente se realizarán los "partidos inaugurales" del Mundial 2030 en Uruguay, Argentina y Paraguay.

¿Y Chile? Simplemente quedó fuera. A modo de consuelo queda el detalle que de los 104 cotejos a disputarse en la cita mundialista del 2030, solo se disputará un partido en cada uno de los países sudamericanos. Los 101 restantes se jugarán en los estadios de España, Portugal y Marruecos. Será, sin duda, un mundial muy distinto.

Las versiones coinciden en apuntar a que la decisión de excluir a Chile la tomó la propia FIFA, que planteó que en Sudamérica sólo se podrían tener tres partidos. Uruguay será el país que -a priori- inaugure el Mundial en el Estadio Centenario porque también albergó la Copa del Mundo en 1930. Argentina se ganó la potestad por su rótulo de campeón actual y finalista de aquella primera edición. Mientras que Paraguay fue designada por ser la sede de Conmebol. Más allá de esto, también se argumentó que Chile fue el último país en unirse a la candidatura conjunta que se presentó desde Sudamérica.

Si bien desde hace casi dos décadas Argentina y Uruguay venían coqueteando con la idea, la semilla formal de este proceso se plantó a fines del 2016 y germinó a mediados del 2017 cuando estos dos países abrieron la mesa de diálogo para soñar con traer el Mundial centenario al sitio donde todo comenzó.

Cuando los cuatro países acordaron los términos de la postulación, se había conocido de avances, como los 18 estadios que se involucrarían en el certamen o las 48 sedes que albergarían los partidos y eventos vinculados al certamen. Si bien se esperaba que FIFA difundiera los requisitos para las candidaturas en estos días y recién en 2024 designara las sedes definitivamente, todo cambió en las últimas horas con el inesperado anuncio sobre los seis países de tres continentes que recibirán a la cita. Las reacciones de pesar no se hicieron esperar. Hasta el propio Presidente Gabriel Boric lamentó "que haya instituciones que funcionen de manera poco seria y sorpresiva. Vamos a hacer valer todos los derechos que le correspondan a Chile, porque con la integridad nacional y con el nombre de Chile no se juega".

Sin embargo, más allá de las expresiones de pesar y las recriminaciones, duele quedar afuera por una decisión que parece más caprichosa. Aunque fuera de manera tangencial, nuestro país sería parte de una de las mayores fiestas deportivas de nivel mundial, a la cual ahora solo se podrá acceder en el tortuoso proceso clasificatorio

Eso deja en evidencia el escaso peso internacional de la dirigencia del fútbol nacional. También la endémica falta de jerarquía del campeonato local que hace más de una década no consigue logros de nivel sudamericano. Si hace una década nuestra selección levantaba dos copas América, gracias a la generación dorada, ahora rasguña los puntos en los partidos clasificatorios. Supone que Chile sería una sede de Mundial 2030 era demasiado premio para un deporte que muestra demasiadas falencias y muy escasos méritos.

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