Tiempos difíciles

Según una encuesta del Banco Central, publicada ayer martes, la inflación en nuestro país cerrará este año con un alza del 11 %, mientras que la tasa de interés referencial alcanzará el 9,5 % este mes de julio.

Los expertos ajustaron, al alza, su proyección anterior del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para 2022, que se situaba en el 10 %.  Mientras que se estima un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 1,8%.

A ello se suma la fuerte escalada del dólar, que lleva varias jornadas alcanzando máximos históricos, superando puntualmente los 1.000 pesos chilenos y cerrando el lunes por encima de los 970 pesos.

Todos números que desde hace varios meses nos mantienen sumidos en una espiral sin parangón desde los años 90, con un IPC que cerró en 2021 en el 7,1 %, su cifra más alta en 14 años.

El país acumula una subida de precios de 12,5 % a doce meses, el máximo nivel desde 1994, donde lo más representativo es el alza de los combustibles que superan ampliamente los mil pesos por litro.

Según analistas esto se debe principalmente a causas externas, como la subida de los combustibles por la invasión rusa a Ucrania o las fallas en las cadenas de suministro provocadas por la pandemia.  No obstante, no podemos desconocer los factores internos que nos tienen como país en tiempos extremadamente difíciles.

El principal de ellos es sin duda el proceso político social de cara al plebiscito de septiembre, que genera incertidumbre y frena la inversión; pero también un nuevo gobierno que no ha logrado asentarse del todo, cuyas medidas de apoyo recién comienzan a verse esta semana, pero que aún débiles en el impacto real sobre la economía.

Finalmente, donde aprieta el zapato, es en la clase media que no califica para los subsidios y bonos, pero que día a día se va empobreciendo por el alto costo de la vida. Sobre medidas concretas, poco y nada se avanza y mientras tanto otro factor que apremia.  La delincuencia.

Días complejos, tiempos difíciles.