Centralismo de provincia

La última vez que escribí sobre contaminación atmosférica lo hice para hablar de un anuncio que iría en beneficio de todos los habitantes de Los Ángeles.

Se usaron todos los medios y se confirmaron 50 millones de dólares para ayudar a descontaminar la capital provincial.

Sin duda algo maravilloso, porque además de los típicos subsidios (tan característicos de nuestro Estado paternalista) contempla temas relacionados con la educación, es decir con la posibilidad de enseñar a toda la comunidad el por qué es importante cuidar el aire, usar leña seca, tener estufas especiales y otros.

Sin embargo y al poco andar descubrimos que el anuncio se hizo antes de ser aprobado por Contraloría y que todo partiría un año más tarde, pese a la actividad donde se comunicó que todo estaría vigente durante este invierno.

Pues bien, no se trata de mirar el vaso vacío, se trata de pedir honestidad en los anuncios, se trata de no aparecer en los medios ofreciendo cosas que no se pueden realizar en los tiempos que maneja la clase gobernante o bien, junto a cada anuncio entreguen el calendario que se maneja en el mundo político, porque el de la gente normal tiene sólo 365 días a excepción del año bisiesto.

Como estamos viendo el vaso lleno sabemos que en 2017 el aire estará mejor y al 2027, se supone, no habrá contaminación en Los Ángeles, pero aquí surge otro problema ligado al centralismo.

Centralismo, entendido en Chile, es la toma de decisiones desde el poder central sin importar lo que pase a nivel local. Se puede analizar desde la capital nacional, la capital regional y la capital provincial.

En nuestro caso, usaremos las últimas dos, pues desde el gobierno regional y provincial (inclúyase la municipalidad) se presentó la idea de descontaminar Los Ángeles y se logró obtener los fondos y, lo que es más importante, esos dineros vienen de todos los chilenos para apoyar a los angelinos. Bien.

Pero (siempre viendo el vaso lleno, no lo olvide), ¿qué pasa con las otras 13 comunas de la Provincia de Biobío, por qué la ropa de los vecinos de toda la provincia huele a leña?.

¿Acaso los niños, las embarazadas y las personas de la tercera edad alejadas de la capital no pueden morir por las enfermedades respiratorias?.

Nadie habla de esas cosas, pues la naturaleza nos protege con sus lluvias y sus vientos y ¿el Estado?.

Para quienes viven en ciudades y no saben, comunas como Mulchén (ayuda mucho su geografía) viven niveles de contaminación que pueden matar a las poblaciones en riesgo y eso no sale en la prensa nacional o regional, por lo mismo, no entran en las preocupaciones del nivel central.

Quizás los jefes comunales deberían tomar esta idea y llevarla de manera unida a una Gobernación, a una Intendencia o La Moneda, pues al final del día lo que se juega es la vida de nuestros vecinos.

Quizás un par de horas de mediciones en una noche fría y despejada de invierno en cualquier comuna de nuestra provincia sirva para que las autoridades entiendan que la contaminación, no sólo es de Los Ángeles.

Recuerden, sin ánimo de hacer vuestro trabajo, porque solamente soy periodista, en las otras 13 comunas los vecinos también se calefaccionan con salamandras, braseros y leña húmeda.