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En entrevista con La Tribuna, la autoridad regional precisó que esta diferencia en el abordaje técnico y financiero se traduce en la necesidad de recurrir a mecanismos especiales y asignar subsidios de monto diferenciado. Este enfoque particular se aplica a una línea especial de habitabilidad rural, en una región que ya cuenta con 565 viviendas terminadas bajo esta modalidad.
El desarrollo de proyectos de viviendas en el sector rural se diferencia radicalmente de las iniciativas urbanas, principalmente porque las zonas alejadas carecen de la infraestructura tradicional de servicios. Esta realidad exige —según apuntó Toledo— que el ministerio opere bajo mecanismos financieros específicos, por lo que los subsidios aplicados son de monto diferenciado respecto de los subsidios urbanos.
En ese sentido, la titular regional de Vivienda y Urbanismo señaló que las condiciones de acceso, la dispersión territorial y la necesidad de sistemas autónomos hacen que el proceso constructivo en estas áreas sea inherentemente más complejo.
En la práctica, la ausencia de servicios básicos implica que los proyectos rurales deben integrar sistemas particulares, tales como la instalación de paneles fotovoltaicos o la generación de sistemas propios de suministro. Adicionalmente, las viviendas en estas zonas suelen requerir la incorporación de un recinto complementario, fundamental para que las familias puedan desarrollar una actividad económica, necesidad frecuente en esos sectores.
Para hacer frente a las dificultades relacionadas con las distancias y el acceso a los sitios, la seremi contó que el ministerio ha recurrido a la modalidad de vivienda industrializada en algunas zonas.
Sin embargo, la mayor complejidad se presenta en los sectores extremos, donde se intenta abordar la dispersión de viviendas en lugares muy alejados como Butalelbun, en Alto Biobío.
Para superar las barreras de tiempo y escala, se ha optado por métodos de edificación modernos, como los sistemas prefabricados. No obstante, si bien estos modelos agilizan el proceso desde la perspectiva del ensamblaje y puesta en obra, el principal impedimento logístico radica en la compleja movilización de las estructuras hasta los emplazamientos más remotos.
El trabajo también incluye la gestión de proyectos que arrastran complejidades históricas y de terreno, como el de Antuco, que lleva más de 20 años y hoy avanza para beneficiar a 60 familias. De igual forma, se abordan soluciones en sitios propios para familias en Santa Bárbara.
La seremi informó que, a la fecha, existen 326 proyectos en ejecución bajo la línea de Habitabilidad Rural. Adicionalmente, hay 420 proyectos calificados, lo que significa que ya están en condiciones de ser iniciados.
De acuerdo con los datos entregados por la Seremi de Vivienda y Urbanismo de la región del Biobío, existen:
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