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La Tribuna

Más de 200 familias de sectores rurales de Quilaco acceden por primera vez al agua potable

por María Paz Rivera Arévalo

Gracias a un innovador sistema de pozos profundos con bombeo y cloración, la municipalidad implementó una solución hídrica adaptada a la dispersión rural, lo que mejorará significativamente el bienestar diario de los habitantes de la comuna.

Pozos profundos / Municipalidad de Quilaco

A lo largo de la provincia de Biobío, el acceso al agua potable continúa siendo un desafío en los sectores rurales. Pese a los esfuerzos por abastecer con camiones aljibe, cientos de familias que viven en el campo se enfrentan diariamente a la falta de recursos básicos.

En respuesta a esa necesidad y en un esfuerzo por entregar acceso permanente de agua potable a los vecinos y vecinas, la Municipalidad de Quilaco ha gestionado proyectos de pozos profundos, que ayudarán a mejorar la cotidianidad de los habitantes.

"Durante años repartimos agua en camiones aljibe, de manera indigna. El agua que se entregaba era apenas suficiente para beber y no alcanzaba para la ducha, los animales y las huertas. Hoy esa realidad está cambiando", expresó el alcalde Pablo Urrutia en entrevista con La Tribuna.

SOLUCIÓN ADAPTADA A LA REALIDAD RURAL

El programa responde a las dificultades estructurales de los sectores más apartados de Quilaco, quienes no pueden a postulaciones del Estado debido a que sus comunidades suelen tener entre 10 y 25 familias, muy dispersas territorialmente.

El alcalde detalló que decidieron ejecutar pozos que alcanzan profundidades de entre 35 y 70 metros, equipados con bombas sumergibles que extraen el agua desde el subsuelo hacia estanques sobrepuestos.

"Los requisitos del sistema no se ajustan a nuestra realidad. Por eso, optamos por un modelo de soluciones individuales que permite instalar pozos con bombas sumergibles, estanques clorados y presurización", explicó Urrutia.

Según el jefe comunal, los procesos de cloración garantizan la potabilidad del recurso, y la presurización posibilita su uso doméstico.

Este sistema no solo entrega agua potable para consumo humano, sino que también permite a las familias regar sus huertas, atender a sus animales y desarrollar actividades básicas de higiene y bienestar.

"La gente nos lo agradece con lágrimas en los ojos. Hemos llorado juntos de emoción cuando ven por primera vez agua saliendo del grifo en su casa", señaló el alcalde.

Nancy Retamal Peña, una de las vecinas beneficiadas, señaló que contar con agua dentro de su casa mejorará su calidad de vida.

"Dar gracias a Dios porque les dio la sabiduría a las autoridades de trabajar en este proyecto. Ha sido una bendición el tener ahora esta agüita pura de las napas de la tierra, porque antes teníamos agua de canal solamente, entonces, cuando este se cortaba, se secaba el pozo", sostuvo.

Asimismo, destacó que el estanque "tiene una llave adentro de la caseta del agua, entonces siempre estará lleno. Aunque se corte la luz y demore dos o tres días en llegar, igual se almacenará agua".

FINANCIAMIENTO Y GESTIÓN ANTE EL ESTADO

Según explicó la autoridad comunal, cada proyecto es postulado ante la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere), con iniciativas que agrupan alrededor de 11 a 12 pozos por convocatoria.

Para avanzar, el alcalde debió gestionar directamente el asunto con los encargados en Santiago. "Hay que ir personalmente a explicar la realidad rural. Ellos no conocen el territorio, no saben que aquí una casa puede estar a un kilómetro de la otra. Sin esa conversación directa, es difícil que entiendan la urgencia", afirmó.

En sectores con presencia de comunidades pehuenches también se han ejecutado obras en conjunto con el Plan Buen Vivir, lo que ha permitido financiar soluciones específicas para estos territorios.

DESAFÍOS TÉCNICOS Y NUEVAS METAS

Pese a los avances, los desafíos no son menores. Una vez perforado el pozo, los análisis de agua —que pueden tardar hasta 60 días— determinan si se requiere filtración adicional por presencia de minerales como fierro o fósforo.

En ese caso, el municipio debe postular a nuevos recursos para adquirir filtros, ya que no están considerados en la etapa inicial del proyecto.

"Eso significa que un proyecto puede tardar hasta tres años en estar completamente operativo. Nuestra gente no tiene cuatro o cinco millones de pesos para comprar filtros por su cuenta, y por eso seguimos acompañando el proceso hasta el final", señaló Urrutia.

En respuesta a las restricciones presupuestarias y la eliminación de ciertos ítems por parte de Subdere, como es el caso de los generadores eléctricos, el municipio está trabajando en una nueva etapa, con paneles solares para operar los sistemas de bombeo.

"Vamos a comenzar con energía solar. Es más sustentable y nos permite entregar una solución más integral y duradera", adelantó.

IMPACTO SOCIAL

Uno de los aspectos más emotivos del programa ha sido la constatación de su impacto en la población de adultos mayores, un grupo ampliamente mayoritario en esta comuna, que fue catalogada por el último Censo como una de las que posee mayores tasas de envejecimiento en la región del Biobío.

"Tenemos vecinos de 80 y 90 años que por primera vez en su vida tienen agua potable en su casa. Es un acto de justicia. Nadie debería llegar a esa edad sin un derecho tan básico como este", enfatizó el alcalde Urrutia.

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