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En medio de la incesante búsqueda de su hijo, Rosa Sandoval siempre se hace un alto cada vez que pasa por el lugar donde se encontró el cadáver de una persona que, en un primer momento, se pensó que sería su hijo.
En una zona rural de la comuna de Tucapel, cerca de la localidad de Huépil, ella se detiene y le enciende unas velas y reflexiona: "Es un ser humano, señor. También se merece que alguien lo recuerde".
Es que aunque el cuerpo fue encontrado el 2 de diciembre de 2023, es decir, hace más de 13 meses, aún se desconoce quién sería la persona.
Su hallazgo abrió una luz de esperanza para Rosa Sandoval. Era una posibilidad cierta que se tratara de su hijo José Luis Rivera, de quien se perdió todo rastro aquel 13 de julio de 2022 cuando se bajó de un bus a la altura del puente Riñico, pasada la localidad de Huépil (ya con rumbo Yungay).
Era un cadáver en avanzado estado de descomposición que fue hallado en un pequeño estero, cuyas aguas emergen de vertientes que bajan de los cerros circundantes, en plena zona precordillerana de esa comuna.
El hallazgo fue hecho por un joven que despejaba las malezas del esterillo. Fue ahí cuando se percató que en el fondo, cubierto por hojas, se encontraba un cuerpo. Estaba a unos cinco kilómetros del último lugar donde se tiene la certeza que estuvo José Luis.
El problema es que estaba en avanzado estado de descomposición, lo que tornaba prácticamente imposible su reconocimiento. También sus ropas estaban demasiado deterioradas. Solo un estudio genético puede confirmar si se trata o no del joven extraviado. Y, en efecto, el peritaje de ADN confirmó, a principios del año pasado, que no era "Josito", como Rosa se refiere de su hijo extraviado.
Sin embargo, según la mujer, desde esa fecha que el cadáver se encuentra en la morgue del Servicio Médico Legal de Los Ángeles, a la espera que aparezca algún familiar que lo reclame.
"Como no va a haber alguien que lo reclame, que pregunte si se trata o no de su familiar desaparecido, que quiera saber de quién se trata para sepultarlo", dice Rosa.
En medio de su profundo dolor por la infructuosa búsqueda de su hijo que la ha llevado a recorrer esos parajes en la más completa soledad a la espera de encontrar algún rastro que lo conduzca a su paradero, siempre hace un alto en el lugar donde se encontró el cadáver. "Le enciendo una velita y le hablo, esperando saber de quién se trata", añade.
De acuerdo a la mujer, la persona en cuestión sería un hombre de entre 50 y 60 años de edad que usaba prótesis dentales. Sus ropas estaban completamente deterioradas. Solo se hallaron unos zapatos de la marca Caterpillar que estaban a metros del cadáver.
De acuerdo a Rosa Sandoval, las consultas al respecto se deben hacer directamente en el Servicio Médico Legal de Los Ángeles que se ubica en la avenida Las Industrias, a un costado del cementerio general de la ciudad.
"Alguien lo debe estar extrañando, alguien debe necesitar saber dónde se encuentra para que lo puedan sepultar y descansar en paz", acota.
El 13 de julio de 2022, José Luis Rivera - un estudiante que estaba terminando la carrera de contador auditor - abordó un bus a las 14,15 horas en el terminal de buses rurales en la Vega Techada de los Ángeles, cuyo itinerario termina en la precordillerana comuna de Yungay, en la Región de Ñuble. Antes de abordar la máquina, cruzó unas cuantas palabras con el conductor para luego ocupar uno de los asientos. A la altura del puente Riñico, pasada la localidad de Huépil (ya con rumbo Yungay), José Luis se bajó. El conductor lo divisó cuando desde el viaducto se dirigía hacia el río Cholguán que, debido a las lluvias intensas de las últimas semanas, iba mucho más caudaloso que en los inviernos anteriores.
Esa fue la última vez que fue visto. Aunque se han realizado operativos de búsqueda, encabezados por su familia, hasta la fecha no existía ningún dato de un posible hallazgo de un cadáver.
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