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La Tribuna

Angelina acusa "vivir una pesadilla" tras adquirir departamento

por Marcos Sarmiento

Retornó a la zona buscando tranquilidad, sin embargo, filtraciones en el cielo raso la llevaron a demandar a la constructora.

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La palabra indignación queda corta para graficar el sentimiento que invade a Noemí Jara, quien desde el 2008 se encuentra librando una batalla judicial contra la Constructora Puerto Mayor, debido a lo que acusa fallas estructurales en la edificación de un departamento que compró a la empresa.

Todo se originó cuando regresó a su ciudad natal Los Ángeles, tras fallecer su marido, cuando buscando un lugar tranquilo para vivir y pasar la pena del duelo, decidió adquirir un departamento del octavo piso del edificio Doña Javiera, situado –específicamente- en calle Los Carrera número 253 de la comuna.

Tras hacer el contrato, todo parecía ir de acuerdo a los planes de la mujer de tercera edad, sin embargo, no pasó más allá de un año, cuando su ideal de descanso comenzó a convertirse en la peor de sus pesadillas.

Lo anterior, porque con la llegada del invierno su departamento empezó a evidenciar serios problemas con la filtración de las aguas lluvias, fluidos que hasta se dejaban notar en su cuarto, como relató la misma afectada.

“Mi alegría duró apenas un año, pues comenzaron a caer gotas desde el cielo raso. Fue terrible, pues –incluso- caía en mi dormitorio, el líquido –simplemente- escurría sobre mi cama”, resaltó.

Esta situación indignó a la propietaria, pues no se trataba de una simple inversión, sino los recursos de toda una vida, originados tras un seguro de vida de su marido y sus propios ahorros, que en dinero superaba los 50 millones de pesos, por lo cual reclamó de inmediato al Departamento de Post venta de Puerto Mayor.

Si bien la empresa realizó –al menos- 2 reparaciones, entre el transcurso de los años 2008 al 2009, los inconvenientes persistieron, lo que obligó a Noemí Jara a acudir –directamente- a la vía judicial para presionar una reparación definitiva.

Fue así que el 29 de julio del 2009 interpuso una acción por infracción a la Ley del Consumidor en el Primer Juzgado de Policía Local de Los Ángeles. El litigio concluyó con un fallo a favor de la propietaria, sancionando a Puerto Mayor a la reparación gratuita del departamento, y a pagar el daño moral causado a la afectada.

La constructora apeló a la sentencia, sin embargo, en el transcurso de la medida, decidieron llegar a un acuerdo extrajudicial con la mujer, comprometiéndose a la reparación de los daños existentes en el departamento.

Fue así que Puerto Mayor llevó a cabo –supuestamente- los arreglos definitivos, lo que hizo pensar a Noemí Jara que estaba a las puertas de su anhelada tranquilidad, no obstante, estaba muy lejos de la realidad, pues si bien pasó 2 años sin sobresaltos (2012-2013), con la llegada del crudo invierno del 2014, la pesadilla volvió a revivir con mayor intensidad, con masivas filtraciones que agrietaron diversos sectores de su vivienda.

La afectada intentó recurrir de incumplimiento al mismo tribunal, pidiendo ser cambiada de departamento, cosa que se resolvió como “no ha lugar”. Se intentó de igual manera otras gestiones, pero el caso ya había pasado a un punto insostenible, que llevó a la afectada a interponer en octubre del 2015 una acción en el Segundo Juzgado de Garantía de Los Ángeles.

Esta decisión la adoptó, debido a que –sostiene- había tomado conocimiento de gravísimas irregularidades estructurales, como por ejemplo la instalación de una piscina en la azotea sin los permisos previos, por lo cual buscaba acreditar mala fe de la constructora, como también la responsabilidad del municipio angelino por la falta de servicios en la recepción de las obras.

De esta manera se desarrolló un proceso de cerca de 2 años, en donde –incluso- un perito designado -en juicio- estableció con respecto a su departamento, que “hubo reparaciones menores, las que no fueron suficientes considerando la envergadura de los daños y el alcance de estos debido a su carácter estructural”.

Otro punto relevante del juicio, fue la presentación de un certificado de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Los Ángeles, en donde se establece que en el Certificado de Recepción Definitiva Nº164/2007 no menciona ingeniero calculista,  que los planos estructurales archivados en el expediente no cuentan con timbre municipal y, que el proyecto presentado no contempló revisor independiente.

Pese a todo ello, el tribunal en septiembre de este año desestimó la denuncia de la afectada, argumentando que los daños demandados no son provenientes de fallas o defectos que afecten a la estructura soportante del inmueble. A su vez, acogió la medida de prescripción, alegada por los demandados, indicando  “cualquiera sea el caso o naturaleza de las fallas reclamadas, el plazo establecido por el legislador ha transcurrido con largueza, en ambos casos la acción debió haberse deducido antes del 2012”.

Con esto, actualmente la mujer de tercera edad se encuentra con un fallo en contra, que –además- la obliga a costear las millonarias costas del juicio, quedando como su última opción recurrir a la Corte de Apelaciones penquista, si espera -algún día- disfrutar de la ansiada tranquilidad en su departamento.

RESPUESTA DE LA EMPRESA

Con la finalidad de conocer la postura de la constructora Puerto Mayor, La Tribuna se comunicó con su representante, Claudio Moraga, quien pese a conversar con el diario de la provincia, descartó hacer público sus opiniones, limitándose a recordar que hay una sentencia judicial.

Por su parte, desde la Municipalidad de Los Ángeles recordaron que el edificio se encuentra habitable, de acuerdo a un Certificado de Habitabilidad expedido en agosto de este año. 

 

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