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La Tribuna

Una triple felicidad para familia de San Rosendo

por Alejandra Sánchez

Nacieron este martes 5 de abril en la clínica Bicentenario de Red Salud en la ciudad de Santiago.

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“Un momento caóticamente hermoso”. Así califica el momento que vive Luisa Fica Zambrano, quien hace pocos días, junto a su esposo Gabriel, vieron como la vida les regaló trillizos, haciendo crecer su familia a 6 integrantes.

Ellos son una familia de San Rosendo, que estaba siendo tratada en el Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles y que fue derivada a Santiago por Fonasa ya que el Hospital no contaba con tres cupos en la UCI de Neonatología para recibir a los trillizos.

Fueron dos niñas y un niño que nacieron en la clínica Bicentenario de Red Salud en la ciudad de Santiago, el pasado martes 5 de abril, quienes fueron recibidos por cesárea, en sus 34 semanas de gestación.

Actualmente, los hermanos Mateo, Catalina e Ignacia, aún se encuentran internados en la clínica, y dos de ellos siguen en incubadora, hasta que suban un poco más de peso, consecuencia de su nacimiento prematuro, pero están con un buen estado de salud.

Los tres pequeños vienen a ser parte de una esforzada familia, que ya tenían un hijo de tres años y medio, Maximiliano, donde Luisa es dueña de casa, y su marido, Gabriel, trabaja en faena mineras en el norte, con sistema de turnos y viaja permanentemente, con todo el sacrificio y agotamiento que eso implica.

SORPRESA DE LA LLEGADA DE LOS NUEVOS INTEGRANTES

Para Luisa, saber que iba a tener trillizos sin duda fue impactante, se quedó sin palabras y estática por lo que estaba escuchando. “Tenía un mes y medio, y en la primera ecografía que me hicieron en Los Ángeles, el doctor me dice que son trillizos, ahí quede tirada en la camilla, y al salir de la consulta me puse a llorar, no por recelo a mis hijos, sino que un poco de miedo por lo que se venía”, explicó la madre.

Agregó que también estaba la incertidumbre de saber si las guaguas venían bien y si llegarían en buenas condiciones a término. “Después con el tiempo y la ecografías que uno se tiene que ir haciendo, en mi caso eran cada 15 días, te van quitando muchas dudas”, enfatizó Luisa.

Y luego de un mes de reposo absoluto por una diabetes gestacional, en el centro hospitalario de Los Ángeles,  el equipo médico logró sostener el embarazo hasta la semana 34, por lo que los bebés están bien, tienen buen pronóstico y se estima que se les puede dar el alta en dos semanas más, cuando lleguen a un peso que se los permita.

Ahora están quedándose en Santiago, en la casa de una hermana de la mamá de los trillizos, y la estadía será hasta que -por lo menos- los bebés estén en buenas condiciones para viajar de regreso a San Rosendo.

 

MODIFICACIONES FAMILIARES

Luego de saber que vendrían tres integrantes más a la familia, comenzaron a programarse y pensar en las modificaciones que deberían hacer para la llegada de los bebés, y pensar en un espacio ahora para seis. 

“Ahora vienen los cambios, acomodar los espacios para seis, nosotros tenemos un auto pequeño, ahora dónde ponemos las tres sillas y la de mi hijo más grande de tres años y medio. Son muchas transformaciones que debemos hacer, todavía no podemos porque estamos en Santiago y hemos tenido muchos gastos acá, por lo que vamos a tener que postergarnos en muchas cosas e ir acomodándonos de a poco”, sostuvo la madre.

Pese a ser inmensamente felices por la llegada de los trillizos, económicamente también les impacta, ya que el único ingreso familiar es el que aporta el papá, que cumple faenas en el norte, en trabajos mineros, de construcción y otros.  Trabajo que no siempre les reporta ingreso fijo.

En esta línea, Luisa explicó que “en lo económico sale mucho, ahora no compro leche, pero lo tengo que hacer, y los pañales cada uno usa 10 diarios. Cada cuatro días tengo que comprar pañales, todo eso ha sido solventado por el ingreso familiar del trabajo de mi esposo”. Sólo en pañales deben contar -por lo menos- con $450.000 pesos.

Agregó que “hasta el momento, con el sueldo de nosotros nos hemos podido dar vuelta, ya que la clínica le da el relleno, aparte de eso yo me saco leche, igualmente, fuera de eso hay que tener gastos como la locomoción. Gracias a Dios también hemos tenido ayuda de familiares y la asistente social del hospital de Los Ángeles se ha portado excelente con nosotros, nos ha ayudado mucho y hace todas las gestiones para también ayudarnos a mitigar el gasto que implica tener trillizos”.

FUTURO CAÓTICAMENTE HERMOSO

Actualmente, Luisa se encuentra en Santiago a la espera que den de alta a Mateo, Catalina e Ignacia, para regresar a San Rosendo donde está su hijo mayor, quien es cuidado por su suegra y su madre, y estar finalmente todos juntos. Y esperar a su padre en casa.

“Ahora quiero quedarme con mis hijos, fomentar el apego y darle leche materna, si mi hijo mayor pudo aprovechar eso, ¿por qué mis otros tres no? Quiero aprovechar a mis cuatro hijos todo lo que pueda y preocuparme 100% de ellos”.

Añadió que “estoy contenta y muy feliz, igual me consume el tiempo tengo que ir a verlos todos los días a la clínica dos siguen en incubadora, están los tres allá, y lo bueno que han ido evolucionando súper bien, y aparte de que yo haya llegado a la semana 34 es otro logro más. Me espera un futuro caóticamente hermoso con una feliz familia de seis integrantes”, destacó.

 

APOYO DEL CENTRO ASISTENCIAL ANGELINO

“Todos los créditos que todo haya salido bien, se los tiene que llevar el hospital de Los Ángeles, allá estuve un mes, y el doctor Romero se encargó de hacer todos los trámites para ir a Santiago, también la nutricionista, porque a mí me dio diabetes gestacional y ella me ayudó mucho”, enfatizó Luisa Fica.

A su vez agregó que cuando estuvo internada en el complejo asistencial, conoció mucha gente linda que trabajaba ahí, y se preocupada de pasarla a ver para saber cómo estaba, “cuando mi familia no me podía ir a ver -por un tema de plata- durante el mes que estuve internada allá, esas personas me iban a ver, me subían el ánimo, siempre estaban preocupadas por si necesitaba algo. Ellos eran los guardias que estaban ahí, que en la mañana me iban a saludar, después llegaba la orientadora y también pasaban las señoras del aseo”, contó Fica.

Agregó que también las matronas y el doctor se portaron un siete con ella y su preocupación, “quiero agradecer a todos ellos, por su apoyo y la gran ayuda que me brindaron, y gracias por formar parte de un gran equipo que sin pensarlo me tendió la mano y apoyó 100%. Se portaron muy bien conmigo y cada uno aportó un granito de arena para que yo y mis hijos estuviéramos bien y ahora disfrutar juntos”, concluyó la feliz madre.

 

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