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En una tarde cargada de incertidumbre, el Arzobispado de Santiago emitió un comunicado en respuesta al reciente descubrimiento de un cuerpo sin vida en la comuna de Ñuñoa, donde dos mujeres inicialmente fueron relacionadas con términos como "monjas" o "religiosas".
Según declaraciones de la institución religiosa, la persona fallecida, una mujer de avanzada edad que residía en su hogar particular en Ñuñoa, no tenía ninguna vinculación con la vida religiosa o consagrada dentro de la Iglesia Católica.
Afirmaron enfáticamente: "La mujer adulta mayor que habita su domicilio particular en Ñuñoa, no es religiosa, ni pertenece a un instituto de vida consagrada de la iglesia católica", expresa el comunicado.
Asimismo, sobre la identidad de la difunta, el Arzobispado aclaró que no existe registro alguno de su pertenencia a la vida religiosa o consagrada en la Arquidiócesis de Santiago.
El caso, que generó un impacto significativo desde su descubrimiento el pasado lunes, dio un giro inesperado este miércoles, cuando se reveló que una mujer de 80 años habría sido la responsable de trasladar y abandonar el cuerpo en la vía pública.
La declaración del Arzobispado concluyó expresando su consternación por el trágico suceso y su confianza en las autoridades judiciales para esclarecer rápidamente los hechos.
Además, hicieron un llamado a respetar la dignidad humana y la legislación vigente en cuanto al tratamiento de los restos mortales, recordando que "la Iglesia exhorta vivamente a la inhumación de los restos mortales, en la fe de la resurrección y por la dignidad humana dada por el Creador, respetando la legislación y normativa de cada Estado donde ella se encuentre".
Finalmente, instaron a reflexionar sobre el significado de este suceso para la sociedad y a trabajar juntos por un crecimiento en amor y humanidad, mientras expresaban sus plegarias por el eterno descanso de la persona fallecida.
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