Biobío bajó su ocurrencia de incendios en casi 50% pese a ser la región con más superficie en riesgo

Recientemente, la región del Biobío fue catalogada como el territorio con mayor proporción de superficie en riesgo muy alto de incendios forestales, de acuerdo con un informe de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

Pese a este escenario, las cifras de la última temporada muestran una disminución de un 50% en la ocurrencia de siniestros, lo que ha sido interpretado como un resultado directo de la articulación entre organismos públicos, privados y comunidades en torno a la prevención y el combate de este tipo de emergencias.

El presidente de Corma Biobío-Ñuble, Alejandro Casagrande, subrayó que pese a las condiciones de riesgo permanente, en la temporada 2024-2025 la cifra de incendios ascendió a cerca de mil 200 incendios, los que contrastan con los más de 2 mil 600 contabilizados para la temporada 2021-2022.

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"Este descenso es el resultado de una estrategia consolidada que involucra a los municipios, las comunidades, Bomberos, Carabineros, Conaf y el mundo forestal. Hoy existe una coordinación mucho más efectiva para anticiparse al fuego, enfrentarlo y recuperarse de sus efectos", afirmó.

VULNERABILIDAD Y PREVENCIÓN

El citado informe de Conaf determinó que un 6,5% del territorio regional se encuentra bajo amenaza de riesgo "muy alto" de incendios forestales. Esta cifra convierte al Biobío en la región con mayor proporción de superficie en peligro a nivel nacional, seguida por La Araucanía y Valparaíso.

A este panorama se suma un factor preocupante: la intencionalidad. De acuerdo con Casagrande, más del 56% de los incendios en la región tienen origen intencional.

"Estamos hablando de un fenómeno grave. La intencionalidad supera el 50%, y en ciertas comunas puede alcanzar niveles aún mayores. Esto nos obliga a redoblar los esfuerzos en prevención, pero también en persecución penal", explicó.

Casagrande detalló que la estrategia se basa en tres pilares fundamentales: prevención, combate oportuno y recuperación de áreas afectadas. Esta mirada integral busca dejar atrás la lógica reactiva que primó durante años, sin resultados positivos.

A lo anterior, Casagrande agregó que el éxito de esta estrategia requiere de la participación activa de las comunidades: "Hoy se valora mucho más el rol preventivo de los vecinos, las juntas de vigilancia y los equipos municipales".

PERSECUCIÓN Y PENAS

Un aspecto clave para el mantenimiento de estos resultados ha sido la denominada "prevención punitiva", es decir, la persecución penal de quienes provocan incendios forestales de manera intencional. "Hemos fortalecido la coordinación con la Fiscalía y las policías para investigar y sancionar a los responsables. Ya no basta con apagar incendios: debemos evitar que ocurran", sostuvo el presidente de Corma Biobío-Ñuble.

En ese sentido, Casagrande planteó que es necesario seguir avanzando en dotar de mayores competencias a los gobiernos locales, de modo que puedan participar más activamente en las estrategias de mitigación y preparación.

"El Biobío no puede ser gestionado desde Santiago o, incluso, desde Concepción. La prevención se construye con conocimiento territorial, redes locales y liderazgo comunitario. Solo así vamos a poder enfrentar la amenaza de los incendios de manera sostenible", concluyó el representante gremial.