Gripe aviar será prioridad en nueva Expedición Científica Antártica

La 60ª Expedición Científica Antártica debería partir entre finales de octubre y principios de noviembre de este año, con cerca de 400 personas. Así se volvería a la cantidad de investigadores y logísticos, entre otros, que había prepandemia, comenta Marcelo Leppe, paleontólogo y director del Instituto Antártico Chileno (Inach).

Leppe está en Santiago por la reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, que se realiza por primera vez en Chile esta semana —esta busca avanzar en la protección del océano en la Antártica—, y por el lanzamiento ayer de la primera versión en inglés de la Enciclopedia visual de la Antártica del Inach.

En ese contexto, adelanta los puntos centrales de la nueva expedición. Hemos estado "atentos al devenir de la gripe aviar, que ya está en Magallanes, afectando a especies como las escúas, un ave que es habitante regular de la Antártica".

En 70 años no había ocurrido esto. Se trata de un lugar de mucho interés y de importancia para especies como el pingüino emperador, que ha desaparecido en la última década". Vida marina y terrestre Leppe explica que el "cambio climático va a ser uno de los ejes transversales de la próxima expedición". Por ello, precisa que se evaluarán diversos ámbitos, como "el comportamiento de la vida antártica, tanto en los océanos como en tierra". "Los cambios en tierra están marcados por la expansión de algunas de las plantas vasculares antárticas, como el pasto antártico, que se están propagando en detrimento de los musgos. Los musgos están dejando vastas extensiones y tomando una coloración bastante más café", señala. "Esto significa que hay escasez de agua en algunos lugares de la Antártica, a pesar de que hay mucha agua en forma sólida".

Mientras que en ambientes marinos, continuarán estudiando factores asociados al cambio global como la acidificación y microplásticos. Y seguirán investigando los efectos sobre la biodiversidad." En criosfera estamos mejorando nuestras capacidades y continuaremos el monitoreo de glaciares, estudiando el balance de masa (ganancia y pérdida de hielo) de estos en la península Antártica, atendiendo la advertencia del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), que sostiene que en esta zona hay parte importante de la pérdida de masa que está ocurriendo en la Antártica actualmente", indica. Además, continuarán instalando la "red de sensores latitudinales para el estudio del cambio climático, que serán 21 estaciones que transmiten datos, como la temperatura o la humedad relativa, en tiempo real", acota. Todavía quedan tres años para completar la red y ya tienen 10 sensores. En esta expedición esperan instalar otros seis, desde Bahía Margarita hacia el norte.