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La Tribuna

Especies introducidas en la apicultura nacional dañan a las abejas chilenas

por Jorge Guzmán Buchón

El ingreso de especies de abejas desde otros países, que cuentan con características para sobrevivir en su entorno, termina por amenazar a las especies originarias del país, argumentó el apicultor, Mario Flores Molina.

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Un apicultor y asesor de un gremio nacional de apicultores acusó que el mal manejo de las abejas amenaza su subsistencia, al introducir especies foráneas sin considerar el impacto en los insectos autóctonos de la zona, que sufren la depredación de su entorno natural y terminan reduciendo su población.

El apicultor, empresario apícola y asesor técnico del Movimiento Nacional de Apicultores de Chile, Mario Flores Molina, explicó a diario La Tribuna que la Varroa (un género de ácaros que enferma a las abejas), está en la Apis Serana, que es una abeja asiática. Inicialmente la naturaleza dejó a estas dos especies juntas. Si la naturaleza las juntó hay un equilibrio biológico, pero no así en la Apis Melífera, que son todas las abejas que no tienen las condiciones genéticas para interactuar con la Varroa, que es el demonio y que de no controlarse, ninguna colmena podrá subsistir, agregó el miembro del gremio apícola nacional. Flores Molina descubrió otra enfermedad, alrededor del año 2012, que se estudió en Estados Unidos, donde identificaron que se trataba de una bacteria que está despoblando las colmenas a nivel mundial, dijo.

IRRESPONSABILIDAD AL INTRODUCIR ESPECIES DAÑA A LA APICULTURA

La manipulación de las abejas por parte del hombre cada día está destruyendo la calidad genética de las abejas, porque en los millones de años en los que se desarrollaron estos insectos se desarrollaron cepas más resistentes, relató el empresario apícola. Mario Flores Molina manifestó que hoy no tenemos mejor genética que en el pasado, porque antes la abeja vivió millones de años y ahora nosotros no llevamos ni 500.000 años trabajando con las abejas, pero en ese corto tiempo, en vez de mantener su genética, esta se ha ido deteriorando. El conocimiento y la responsabilidad de los apicultores es crucial para combatir estos problemas, porque muchas veces, por intereses personales, camuflan y no denuncian enfermedades que observan en sus colmenas, acusó el asesor técnico de Monachi.

El apicultor criticó también la introducción de subespecies de abejas foráneas, que son maravillosas, pero en su ecosistema. Ellas tienen virtudes maravillosas para vivir en su entorno pero nosotros generamos problemas.

Respecto al trabajo que se puede impulsar para corregir los problemas que la mala manipulación de estos seres ha traído, no solo para las mismas abejas y la producción de miel, sino que también para el ecosistema en el que vive la raza humana y que depende en gran medida de los procesos en los que participan estos insectos, Flores Molina detalló que lo primero que hay que hacer es un manejo adecuado, con todas las responsabilidades y todas las precauciones o prevenciones que se deben hacer normalmente para las enfermedades. Aquí se han introducido algunas subespecies de abejas que han llegado en el bolsillo. El único en Chile que importó legalmente reinas madre (abejas) desde Austria fue Alberto Bosch Ziegmann, contó el asesor del Movimiento Nacional de Apicultores de Chile. Gracias a él hoy tenemos una muy buena genética de abeja cárnica, porque trajo la abeja que mejoraron científicamente y de la cual se abastece más del 60 por ciento de los apicultores chilenos, valoró el vocero gremial.       

ÓRGANO REGULADOR Y PRODUCTORES SON CULPABLES DE PLAGAS

Mario Flores Molina destacó el hecho de que estas fueron las abejas que le abrieron a Chile las puertas a Canadá, que tiene muy buenas referencias de las abejas que se envían desde Chile porque es un eco-tipo muy bueno. El problema es que el SAG nunca ha sancionado la aparición de abejas italianas o chipriotas, que nunca se han ingresado legalmente a Chile. Otro problema es que el SAG tampoco toma esto muy en serio, criticó el asesor técnico de MONACHI. El también inventor apícola alertó que esto pone en riesgo a la apicultura chilena, a lo que se le suma el problema de subalimentación y contaminación ambiental que sufren las abejas, sumativa que repercute en la sanidad de las colmenas. La contaminación ambiental, la contaminación de plagas en los huertos, el control de la Varroa y otras enfermedades evidencian la falta de responsabilidad de los apicultores, agregó el vocero del Movimiento Nacional de Apicultores de Chile.

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