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El Conjuro 4: Últimos Ritos (2025) "El último rito de los Warren: atrapados en la repetición"

por Prensa La Tribuna

Critica de cine / contexto

Ficha técnica: 

Dirección: Michael Chaves

Guión: David Leslie Johnson-McGoldrick / Ian Goldberg / Richard Naing

Música: Benjamin Wallfisch

País: Estados Unidos

Duración: 135 min.

Productora: Warner Bros. Pictures

Sinopsis:

La acción comienza en 1964: Ed y Lorraine Warren investigan un espejo antiguo que desencadena un parto prematuro traumático, con un bebé que revive tras estar aparentemente muerto. Veintidós años después, en 1986, la familia Smurl es perseguida por entidades oscuras vinculadas al espejo, y la ahora adolescente hija Judy se ve inmersa en la pesadilla. Los Warrens, a pesar de la frágil salud de Ed, intentan resolver el caso una vez más, enfrentando fuerzas demoníacas y atravesando una intensa confrontación final con el mal.

Análisis:

Dirigida por el cineasta norteamericano Michael Chaves, quien ya había dirigido otras entregas del universo Conjuro, reafirma aquí su estilo: eficaz en la construcción de atmósferas oscuras, pero poco arriesgado en lo formal. Su puesta en escena sigue los códigos clásicos del terror comercial, apoyándose en una fotografía sombría y truculenta, que oscila entre el claroscuro barroco y los tonos fríos de los años 80. Visualmente cumple, aunque carece de la inventiva fresca e innovadora como en el comienzo.

Si bien el guion hace referencias nítidas al caso Smurl, igualmente cae con una narrativa que se siente demasiado estirada; La primera hora se demora en arrancar y el clímax resulta predecible, sin aportar giros memorables. La fuerza dramática recae en las actuaciones: Vera Farmiga y Patrick Wilson continúan siendo el corazón del relato, sosteniendo con química y vulnerabilidad emocional un material que, en otras manos, podría hundirse en lo rutinario.

En conclusión, El Conjuro 4: Últimos Ritos funciona como despedida digna más por la entrega de sus intérpretes que por su guion o su frescura visual. Es un cierre respetuoso, pero prisionero de la repetición.

Crítica de cine por:

Leonardo A. Ramiro Reyes

Diplomado en Cine e Historia

@leoramiro

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