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La Tribuna

La principal fiesta religiosa de la zona sur

por Alejandra Sánchez

La imagen permanece en la comuna de Yumbel, donde se le rinde culto desde 1663 hasta hoy.

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La celebración de San Sebastián, ha llegado a convertirse en la principal fiesta religiosa de la zona sur y una de las más importantes del país. La que se celebra todos los años en la ciudad de Yumbel, los días 20 de los meses de enero y marzo, la que tiene una gran relevancia religiosa, histórica y cultural.

La cantidad de personas que concurren en peregrinación a celebrar la fiesta de San Sebastián, asciende a más de 500 mil personas sólo en la de principio de año, que es la festividad de este mártir cristiano, a los que se agrega una cifra similar en los llamados "20 chico", que corresponde al 20 de marzo, y otra cantidad en los días previos y posteriores a la fecha original de celebración, con lo que es posible estimar que la concurrencia total sobrepasa el millón de personas, lo que da cuenta de la importancia de esta fiesta.

Los fieles se trasladan hasta Yumbel para pagar sus mandas, agricultores con gran fe le piden por sus cosechas para el año y dan las gracias por los cultivos que la tierra les entregó. Familias, por generaciones, celebran al conocido popularmente como “santo cobrador”, y son parte de esta fiesta religiosa que aún mantiene tradiciones que se basan en la imaginología, la oración, el esfuerzo físico, la manda monetaria, una serie de ritos religiosos que a pesar de los nuevos tiempos se mantiene firme y continúa como parte de la identidad de un importante sector del mundo rural.

¿Quién era San Sebastián?

Nació en Narbona (Francia) en el año 256, se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. Como cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados por causa de su religión. Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximiano, quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió seguir a Cristo. Decepcionado, el emperador le amenazó de muerte, pero Sebastián se mantuvo firme en su fe. Enfurecido, le condenó a morir con profundas heridas. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste, y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos se acercaron y, al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene esposa de Cástulo, que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero Sebastián se negó rotundamente. Se presentó ante el emperador, quien, desconcertado, lo daba por muerto, y le reprochó enérgicamente su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Muere en el año 288.

La llegada de su imagen a Chile

La imagen de San Sebastián llegó a Chile el año 1580 e inicialmente fue instalada en la plaza fuerte de San Bartolomé de Chillán.  Luego, en el año 1655, tras un alzamiento mapuche, se le protegió en un predio cercano a Yumbel, donde años después fue hallada por unos militares que trabajaban en la zona. Cuando se reconstruyó Chillan, los yumbelinos se opusieron a su traslado.

El Tribunal eclesiástico resolvió finalmente en favor de los chillanejos. Sin embargo, la tradición oral sostiene que cuando intentaron llevar la imagen a Chillán no lograron moverla ni con la fuerza de una yunta de bueyes, en cambio, al querer llevarla al templo de Yumbel, un niño pudo alzarla con sus manos. Tras este fenómeno se decidió que la imagen permaneciera en la zona donde se le rinde culto desde 1663 hasta hoy.

Su primer milagro

El primer milagro data de 1747, cuando la intervención de San Sebastián fue manifiesta para los testigos de la época, quienes, ante la presencia de la imagen, atribuyeron el hecho que se detuviera un incendio que amenazaba con destruir todo el pueblo. Otros hechos milagrosos contribuyeron a que la devoción movilice hoy miles de peregrinos de todo el país.

En la época de San Sebastián no existía el proceso de canonización, pero después de su muerte los cristianos comenzaron a venerarlo como santo.

El aumento de la devoción y el inicio de las primeras peregrinaciones data precisamente de 1878, cuando la fama del Santo trasciende las fronteras de Yumbel y la zona, y se extiende por el resto de Chile y el exterior. En la actualidad atrae cerca de un millón de peregrinos y turistas al año.

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