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La salud mental se ha convertido en una de las áreas de mayor demanda asistencial en la provincia de Biobío. Según el director del Servicio de Salud Biobío, Walter Alvial, el aumento de 40.000 prestaciones adicionales respecto del año anterior refleja no solo una mayor demanda ciudadana, sino también el fortalecimiento de la cobertura en toda la red asistencial provincial, desde los Cesfam hasta el Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz.
Alvial relató que durante 2024 se realizaron más de 156.000 prestaciones en la provincia de Biobío, lo que representa un crecimiento cercano al 30% respecto de 2023.
Asimismo, destacó que este incremento equivale a 40.000 prestaciones adicionales respecto de 2023, refleja una mayor demanda y cobertura en la red asistencial. "Eso implica un trabajo importante, porque solo en el área de especialidad tenemos cerca de 2.700 personas bajo control", precisó la autoridad.
El director del Servicio de Salud Biobío recordó que dentro de la política pública, las patologías de mayor prevalencia en salud mental cuentan con cobertura GES, lo que garantiza su atención oportuna dentro del sistema.
Explicó que los trastornos ansiosos y depresivos —en sus distintas manifestaciones— representan el mayor volumen de consultas y tratamientos en la provincia.
Alvial agregó que la mayoría de estos casos pueden ser abordados directamente en la red de atención primaria mediante los Cesfam y sus equipos especializados, lo que permite un acceso más cercano y continuo para los usuarios que requieren acompañamiento y tratamiento psicológico o psiquiátrico.
El acceso a la atención se inicia en el centro de salud más cercano del usuario. "Las personas deben acudir a su Cesfam o Cecosf, donde el médico puede derivar a atención psicológica o realizar los exámenes necesarios. En los casos más graves, los pacientes son derivados a un Cosam o incluso ingresan por urgencias", detalló el director.
Alvial enfatizó que los casos marcados por riesgo vital o peligro hacia terceros deben ingresar directamente por los servicios de urgencia, ya sea en los Servicios de Alta Resolutividad (SAR) o en el Hospital Base.
La pandemia por COVID-19 dejó una huella profunda en la salud mental de la población chilena y la provincia de Biobío no fue la excepción.
Según el director del servicio, después de la pandemia se registró un incremento importante en la demanda de atención y dentro de los diagnósticos.
Sin embargo, lo que más llamó la atención —más allá del aumento en la cantidad de consultas— fue el incremento en materia de gravedad e intensidad de los casos.
"Los estudios están mostrando, más que el aumento de las depresiones, un incremento en la gravedad y la intensidad de esa enfermedad. Eso requiere también un mayor manejo de los equipos especializados", detalló Alvial.
Este nuevo escenario ha provocado una alta demanda en los sistemas de salud, "nos ha llevado a desarrollar proyectos para ampliar nuestras capacidades, como el Centro de Demencia, para personas mayores, y también el nuevo Cosam de Los Ángeles que se está construyendo", explicó el director del Servicio de Salud.
Asimismo, Alvial recalcó la importancia de abrir el diálogo en materia de salud mental, de las emociones y, especialmente, de temas tabú como el suicidio.
"La salud mental no se construye ni en hospitales ni en los centros de salud, se construye en la familia, en el colegio, en el trabajo, en los espacios públicos y esos son los primeros lugares de cuidado en donde tenemos que ser capaces de poner estos temas y conversarlos", relató el director del Servicio de Salud de Biobío.
Por su parte, Viviana Velásquez, jefa del Departamento de Salud Mental del Servicio de Salud Biobío, relató que la atención primaria sigue siendo la puerta de entrada de la población frente a la afectación en salud mental y en cualquier otra área de salud.
Al respecto, agregó que la atención primaria tiene una cartera de prestaciones para este ámbito. Sin embargo, detalló que están impulsando el trabajo grupal, por ejemplo, en los Cesfam.
Por lo mismo, están diversificando la oferta en la atención primaria, a fin de poder dar respuesta a los distintos niveles de riesgo y de gravedad de las patologías.
"No siempre es sinónimo de psicólogo y psiquiatra porque la gente de repente eso lo carga un poco emocionalmente y no se atreve a pedir ayuda porque no conoce esta área", agregó la experta.
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