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Para muchos chilenos, estas fechas son una excusa perfecta para comer y beber sin mirar la hora ni medir las cantidades.
Según consultas realizadas por La Tribuna a ciudadanos angelinos que ya se preparan para sus celebraciones, se llega a gastar entre $200.000 y $400.000 solo en comida y bebestibles durante los cuatro días de festejos, que este año se extenderán entre el 17 y el 21 de septiembre. Aseguran que gran parte del presupuesto se destina a la parrilla.
Muchos coinciden en que estas fiestas son el momento de olvidarse de las dietas y aprovechar al máximo todo lo que traen consigo las Fiestas Patrias. Pero detrás de la celebración y del gusto de comer sin culpa aparece un enemigo silencioso que se empieza a sentir con el correr de los días: los problemas estomacales.
Como era de esperarse, tras el 18 son muchos los que terminan recurriendo a medicamentos para combatir el reflujo, la acidez y los malestares digestivos después de asados y bebidas alcohólicas.
La Tribuna conversó con Paula Riquelme, nutricionista angelina, quien aclaró que comer en exceso uno o dos días seguidos no genera una enfermedad grave de inmediato. "El problema es cuando esos malos hábitos se mantienen en el tiempo. Ahí empiezan las complicaciones", advirtió.
Respecto de las comidas que podrían ser más perjudiciales durante estos días, según Riquelme, los alimentos fritos —como empanadas y sopaipillas— son los más dañinos porque se digieren lento, provocan irritación en el estómago y generan reflujo a las pocas horas después de su consumo.
Los malestares más comunes tras las celebraciones son acidez, dolor estomacal, náuseas, vómitos e incluso diarrea, sobre todo si algún alimento quedó mal cocido.
En personas con antecedentes médicos como gastritis o distensión abdominal, los riesgos se potencian. "Si alguien ya tiene una patología previa, los excesos de estos días le pueden pasar la cuenta y generar cuadros de malestar complejos", explicó la especialista.
¿Y qué pasa con el peso? Riquelme señaló que en una semana es muy difícil subir más de cinco kilos, aunque sí puede haber un aumento transitorio: "Lo normal es que una persona suba entre uno y tres kilos durante estas fechas".
Para evitar los cargos de conciencia después del 18, la recomendación es clara: disfrutar, pero en porciones moderadas.
El contraste de los daños colaterales de las Fiestas Patrias se hace notar en las farmacias. En conversación con La Tribuna, Mauricio Menares, químico farmacéutico de Cruz Verde, confirmó que la venta de medicamentos para la acidez y el dolor de estómago aumenta significativamente en las semanas previas y posteriores a las Fiestas Patrias.
"Obvio que sube. La gente llega buscando omeprazol, Viadil y hasta sueros para recuperarse de los dolores", comentó.
Eso sí, el especialista advierte que hay que usarlos con precaución y moderación, ya que todos presentan efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para la salud.
El omeprazol, clásico medicamento presente en muchos botiquines chilenos y usado incluso de manera preventiva antes de comidas abundantes, no es una "pastilla mágica" para resistir los excesos, advierte el especialista.
El Viadil, en cambio, sí ofrece un alivio más inmediato frente al dolor abdominal. Según Menares, es seguro y con efectos secundarios poco frecuentes, aunque puede provocar sequedad bucal.
Según el químico, para prevenir efectivamente los síntomas más frecuentes, lo mejor sigue siendo optar por antiácidos clásicos y evitar los alimentos que agraven la acidez, si es que es frecuente en el paciente.
Tanto la nutricionista como el químico farmacéutico coinciden en lo mismo: se puede comer y beber, pero sin excesos. La clave está en no confundir celebración con descontrol.
Y si después de tanto anticucho, empanadas o terremoto, aparecen los malestares, lo recomendable no es correr a la farmacia, sino volver a una dieta ligera con frutas, verduras y agua, para dejar que el cuerpo se recupere naturalmente.
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