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La región del Biobío registraba 84 casos de coqueluche a la semana epidemiológica 36, cifra cercana a los 86 casos totales reportados durante 2019. La información fue confirmada por la Seremi de Salud del Biobío, tras la alerta epidemiológica emitida el 14 de agosto por el Ministerio de Salud.
El coqueluche corresponde a un cuadro clínico que se conoce como tos convulsiva o tos ferina, causado principalmente por el contagio con la bacteria Bordetella pertussis.
El doctor en Microbiología y secretario de estudios de la carrera de Bioquímica de la Universidad San Sebastián (USS), Claudio Figueroa, explicó que esta bacteria se transmite por vía respiratoria y provoca un cuadro complejo, ya que libera una toxina que dificulta el sistema natural de limpieza pulmonar.
El especialista explicó que la enfermedad suele iniciar con síntomas similares a un resfrío —fiebre y rinorrea—, pero los problemas más graves aparecen después, cuando el organismo intenta eliminar estas secreciones acumuladas, desencadenando intensas y persistentes crisis de tos.
Este cuadro de tos persistente puede provocar dificultades para alimentarse, además de prolapso rectal y hernias abdominales.
El coqueluche es una patología complicada que, de no tratarse de manera oportuna, puede ocasionar cuadros de coma y muerte en lactantes, ya que al cuadro infeccioso puede sumarse, por ejemplo, falta de hidratación.
"Es importante que cuando se genere un caso en una comunidad se reporte al Ministerio de Salud para que, rápidamente, puedan empezar a hacer vacunaciones o tratamientos antibióticos al entorno", explicó Figueroa.
Asimismo, agregó que si una persona es diagnosticada con tos convulsiva, es necesario que acuda rápidamente a un centro asistencial, especialmente en el caso de niños, donde será necesario realizar una intervención orientada a la hidratación y la alimentación, además del manejo de la tos para prevenir alguna complicación muscular.
Según cifras entregadas por la Seremi de Salud del Biobío, la región de las Américas experimentó un aumento significativo de casos de coqueluche, al notificarse 43.751 casos, cifra 11 veces superior a la registrada en 2022 y la más alta desde 2012.
En Chile, hasta la semana epidemiológica 31 de 2025, se habían notificado 394 casos, cifra que es superior a la mediana quincenal prepandémica, de 342 casos.
En comparación con la situación prepandémica, en 2019 se notificó un total de 86 casos. Ese año, hasta la semana epidemiológica 36 se reportaron 66 ocurrencias. No obstante, a igual semana epidemiológica de 2025, la región presenta 84 casos, lo que implica un aumento considerable.
Desde la autoridad sanitaria explicaron que la finalidad de comparar el período 2019-2025 es observar que los valores prepandemia siempre fluctuaron entre 80 y 180 casos anuales. La única excepción se registró entre 2010 y 2014, período durante el cual se produjo un brote significativo, especialmente en 2012, cuando se reportaron 3.570 casos.
El 14 de agosto de 2025 el Ministerio de Salud emitió una alerta epidemiológica para reforzar la vigilancia epidemiológica a nivel nacional junto con fortalecer la vacunación y las estrategias de prevención, especialmente en los grupos de mayor riesgo.
Estos últimos corresponden a los menores de un año, adultos mayores de 65 años y personas inmunosuprimidas.
La subdirectora médica del Servicio de Salud Biobío, María Elisa Otto, advirtió que el coqueluche es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa, que se transmite al toser o estornudar, y puede afectar a toda la población. No obstante, en lactantes puede derivar en cuadros graves, que incluyen hospitalización e incluso la muerte.
La especialista enfatizó que la mejor forma de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación. Esta es gratuita en todos los centros de salud públicos y privados en convenio, con un esquema de cuatro dosis en lactantes; refuerzos en primero y octavo básico; y una dosis obligatoria para embarazadas, desde la semana 28 de gestación, lo que protege al bebé durante los primeros meses de vida.
Otto explicó que los síntomas iniciales son similares a un resfrío, pero luego pueden intensificarse con accesos prolongados de tos, vómitos, fatiga intensa y dificultad respiratoria, especialmente en menores.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de PCR y el tratamiento con antibióticos permite erradicar la bacteria.
Desde la Seremi de Salud del Biobío indicaron, además, otras medidas de prevención, como el uso de mascarilla quirúrgica y evitar el contacto con menores de seis meses en caso de presentar síntomas respiratorios.
Asimismo, destacaron el lavado frecuente de manos con agua y jabón o productos con alcohol gel y la ventilación frecuente de espacios cerrados.
· Vacunarse gratuitamente en todos los centros de salud públicos y privados en convenio.
· Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o alcohol gel.
· Usar mascarilla quirúrgica en caso de síntomas respiratorios.
· Ventilar frecuentemente los espacios cerrados.
· Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar.
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