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La Tribuna

Experto explica cuáles son los cuidados para tener una piel sana en invierno

por María José Villagran Barra

Especialista explica que lo que ocurre principalmente en esta época del año es que baja el flujo de sangre que llega a nutrir las células de la piel, haciendo que ésta se reseque.

Médico dermatólogo de la Clínica Universidad de Los Andes, Dr. Fernando Valenzuela. / Cedida

Con la llegada del invierno, también lo hacen las bajas temperaturas, muchas veces bajo cero. Ello, puede traer consigo una serie de contraindicaciones para nuestro cuerpo, especialmente para la piel. De ahí la importancia de adoptar ciertos comportamientos que permitan mitigar los efectos del frío en la dermis de las personas.

Al respecto, el médico dermatólogo de la Clínica Universidad de Los Andes, Dr. Fernando Valenzuela, explicó que durante el invierno, debido a las bajas temperaturas, lo que ocurre principalmente es que baja el flujo de sangre que llega a nutrir las células de la piel.

"Cuando uno tiene frío, el flujo de sangre se va a centrar en los órganos nobles que no pueden enfriarse como el cerebro, el corazón, los pulmones y el hígado. Los otros órganos que no son primordiales, como por ejemplo, los músculos y la piel, van a tener una disminución relativa de sangre y, por lo tanto, una disminución de nutrientes y oxígeno", explicó el especialista.

Al tener menos oxígeno y nutrientes, las células pueden empezar a fallar y en el caso de la piel, "empieza a resecarse debido a la pérdida de la humectación natural, que es la grasa que nos protege, y se empieza a irritar con las cosas que normalmente no nos irritan", añadió Valenzuela.

Asimismo, explicó que existen dos fenómenos humanos que hacemos con frecuencia pero que, en vez de ayudar, pueden empeorar aún más el problema.

Uno de ellos es que "cuando una persona tiene frío, lo que hace es acercarse a una fuente de calor. En estos casos, si cambiamos de un ambiente con mucho frío a uno muy caluroso muy rápido, lo que sucede es que los vasos sanguíneos que estaban apretados se van a distender y eso va a ocasionar problemas, sobre todo en las personas que padecen alguna sensibilidad especial en su piel por alguna enfermedad", expresó Valenzuela.

Un ejemplo de ello, son los casos de personas que tienen rosácea, enfermedad de la piel caracterizada por el enrojecimiento y una sensibilidad extrema  en la cara y el invierno hace que ésta se exacerbe aún más.

También existen otras enfermedades como aquellas asociadas al tejido conectivo -como el lupus- que también tienen problemas en la circulación terminal por lo que si estos pacientes están en un frío extremo y pasan a un calor extremo, la piel se les va a inflamar todavía más.

"Otro fenómeno que es muy frecuente pero que no es muy bueno, es que tengamos calefacción a leña, brasero, entre otros, porque la contaminación de los gases que se forman pueden alterar tanto nuestra piel como nuestro sistema respiratorio. Por lo mismo, si estamos usando alguno de estos tipos de calefacción, debemos procurar que estén con una buena mantención, que estén limpias, que no se tapen, que no estemos al lado de la estufa o del humo y así prevenir que se nos irrite la piel", agregó el especialista.

Otro punto que hay que evitar son los baños con agua muy caliente y largos, ya que esto también ocasiona un problema debido a que convergen dos agentes que son agresores suaves de la piel pero que -en conjunto- hacen una agresión más importante.

Primero, el agua: "uno tiende a pensar que el agua ayuda a la piel, que la hidrata pero lamentablemente no, el agua -en general- deshidrata la piel, sobre todo el agua de Chile que es un agua que lava la cordillera, entonces es un agua con muchos minerales y entre más tiempo nos bañemos, más nos secamos", explicó Valenzuela. El otro agente es el calor, que también provocará que aumente la sangre y la piel se reseque más todavía.

¿Qué hay que hacer? El especialista recomendó duchas cortas -entre tres a cinco minutos- con agua tibia y utilizar poco jabón ya que lo que hace es eliminar la suciedad de la piel pero también eliminar el factor de hidratación principal, que es la grasa.

Siguiendo todas estas indicaciones, la visita a un dermatólogo no debiera ser necesaria. Pero en caso de presentar algún grado de resequedad, Valenzuela recomendó el uso de alguna crema hidratante.

"Aquí, la gama es muy amplia; hay muchas cremas que sirven, lo importante es que sea crema y no gel, loción ni emulsionado porque es la crema la que otorgará más humectación habitual y que ojalá no tenga mucho perfume o componentes que puedan irritar a las personas que son más sensibles", añadió el dermatólogo.

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