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La Tribuna

Centro de Rehabilitación Amilivi busca independizar a personas con discapacidad visual

por Glenda V. Ahumada Gutiérrez

Hace 26 años que esta institución trabaja en función de integrar a las personas ciegas en diversas actividades cotidianas a través de equipos y programas multidisciplinarios que permiten desarrollar una vida normal.

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Amilivi, que significa Amigos del Limitado Visual, es un centro de rehabilitación ubicado en Los Ángeles desde 1996, siendo una institución de derecho, sin fines de lucro, especializada en la atención integral de las personas con discapacidad visual, ciegas y de baja visión.

Busca integrar a las personas con discapacidad visual junto a sus pares y lleva a cabo diversas actividades de interés común.

En conversación con diario La Tribuna, Lorena Chocano, directora del Centro de Rehabilitación Amilivi Los Ángeles, explicó la labor que desempeña hace 26 años en la capital provincial.

Empezamos siendo un centro muy pequeño, al comienzo eran personas mayores, y a medida que fueron llegando más personas jóvenes y tuvimos que modificar las áreas de trabajo, y pasamos de tener solo rehabilitación, a contar con programas de inserción laboral y nivelación de estudios, comenzó contando Lorena.

La idea del Centro de Rehabilitación nació del padre de Lorena, él era una persona con discapacidad visual y tuvo que capacitarse y trasladarse hasta Santiago y Concepción para recibir tratamientos y optar a ayudas.

Luego, cuando el padre de Lorena volvió a Los Ángeles, quiso que toda la gente con discapacidad visual pudiera tener acceso a una rehabilitación, porque él sabía que no todas las personas tenían los recursos para realizar viajes y gastos asociados de alto costo.

Hasta hace pocos meses, atendían solo a personas autovalentes que quedaban ciegos o ciegos de nacimiento. Ahora se amplió el rango, integrando a bebés de dos y cinco meses que nacieron sin el sentido de la visión por ser prematuros.

El Centro de Rehabilitación Amilivi tiene tres tipos de rehabilitación: Básica, básica funcional e integral.

La rehabilitación integral es un proceso terapéutico, educativo, formativo y social, que busca el mejoramiento de la calidad de vida, y la plena inserción de la persona en condición de discapacidad en el medio familiar, social y ocupacional.

Por otro lado, la rehabilitación básica consta de talleres polivalentes, vale decir, actividades como leer, escribir, realizar manualidades, dibujar, etc. También la rehabilitación básica incluye actividades de la vida diaria, según explicó Lorena, ve aspectos como peinarse, como servirse una taza de café sin quemarse, como combinar la ropa a través de texturas.

Además, se incluye un ítem de orientación y movilidad que capacita a las personas para desplazarse, en un periodo determinado por cada caso y persona, de forma autónoma.

Para ello, se emplea el uso del bastón guía o blanco, como se le conoce coloquialmente. Es un instrumento, con un largo especial para cada persona con discapacidad visual, que le permite conocer calles, moverse al interior de su casa, y les brinda sentido de orientación.

A nivel mundial, las técnicas para usar el bastón son las mismas, solo cambian los idiomas, pero la utilidad es igual.

De acuerdo a lo que comentó Lorena no es llegar y pasarle un bastón a una persona que es ciega, eso sería perjudicial, para eso existen técnicas de protección.

Al igual que la orientación dentro de la casa, que se desarrolla a través del tacto, sin embargo, la evaluación para los métodos de adaptación para el medio de personas con discapacidad visual se evalúa caso a caso.

Por último, la rehabilitación básica funcional tiene relación con el desarrollo de la persona. Abarca cursos de computación con sistema Jaws, software estadounidense de alto costo monetario que lee pantallas para personas con discapacidad visual.

Los talleres de lectura y escritura en braille también están incluidos en la rehabilitación funcional. Clases de teatro y música, que ha llevado a toda una comunidad de personas ciegas a desarrollar su lado artístico sin diferenciación de personas que sí ven.

El área social, en tanto, se encarga de la nivelación de estudios, inserción laboral y asistencia social, donde un profesional trabajador social orienta a las personas a obtener pensiones, optar a cursos de oficios, tener su casa propia, entre otras ayudas técnicas.

Si bien es cierto, algunos establecimientos educacionales cuentan con programas de integración para personas con discapacidad visual, Amilivi extiende este proceso, para que tanto mujeres como hombres, puedan continuar sus estudios en educación media y superior sin importar su edad.

Luego, gracias a un convenio con el Servicio de Capacitación y Empleo (Sence), las personas pueden optar a cursos de oficios y así iniciar una vida laboral, tener ingresos propios y crear sus propios emprendimientos.

También, las personas que tienen discapacidad visual muchas veces desean optar a carreras universitarias, a excepción de algunas que requieren de la visión para desarrollarse, a través de distintos programas que apoyan tanto la lectura como la escritura en el sistema especial que es el braille.

Con el avance de la tecnología, se ha inventado un programa computacional que ayuda a las personas con discapacidad visual a leer y escribir en los equipos, sin embargo, desde el centro de rehabilitación se percataron que a la hora de elaborar informes y trabajos universitarios, se pierde la gramática y la ortografía, dado que un robot interpreta el braille por la persona.

De este modo, se desarrolló un método para que los y las ciegas, puedan leer y escribir sin perder esas habilidades importantes para el desarrollo de una carrera universitaria.

APOYO CONSTANTE

Tal como se mencionó anteriormente, el Centro de Rehabilitación Amilivi recibía personas adultas, que por distintos motivos habían perdido el sentido de la visión. Sin embargo, en cuanto a estadísticas, no solo a nivel local sino que en todo el país, se ha visto un lamentable aumento de personas con discapacidad visual, y cada vez en edades más tempranas.

Hace 20 años cuando recién empezamos eran personas adultos mayores, y ahora tenemos de todas las edades, y la discapacidad visual no es algo que funcione por períodos, sino que los alumnos necesitan constantemente redes de apoyo. En muchos casos no cuentan con familiares, ya que los hijos crecen y se van, no tienen tiempo, entre otras razones, y aquí en el centro ellos se encuentran con sus pares, buscan surgir, necesitan orientación, entonces nos ven como una segunda casa, se olvidan de sus problemas cotidianos, así que no podemos decir que una persona se graduó, sino que vemos caso a caso la ayuda que necesitan para que puedan desenvolverse de manera autónoma, finalizó Lorena.

Actualmente, Amilivi se encuentra en proceso de transformarse en fundación, ya que, si bien es cierto, reciben apoyo económico constante de la Municipalidad de Los Ángeles y del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), para postular a fondos de financiamiento solicitan antecedentes que respalden un trabajo constante y de años, por lo que la legalidad llegaría a solucionar ese aspecto del centro.

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