Cientistas políticos advierten que violencia digital en campaña estaría debilitando la democracia

La conversación digital en torno a las elecciones se ha caracterizado por niveles de violencia sin precedentes, según advierte el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile. Tres cientistas políticos analizan cómo la "política del escándalo" ha reemplazado el intercambio de ideas y debilita la confianza institucional en un contexto de voto obligatorio.

Emilio Garrido, cientista político y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (UNAB), analizó cómo el lenguaje antagónico refleja una retórica de "ellos contra nosotros" que no solo divide, sino que inhibe el pensamiento crítico.

El académico destacó que el espacio digital se ha convertido en una arena de combate más que en un lugar de deliberación. "Nuestro país enfrenta el desafío de reaprender a discutir sin destruir. No hay democracia posible si la conversación pública se basa en el desprecio", enfatizó Garrido.

El especialista también advirtió sobre el impacto en el voto informado. "Si las redes sociales, que son fuente principal de información política para millones de chilenos, se inundan de ataques y falsedades, se debilita la posibilidad de un voto informado y reflexivo. De este modo, los ciudadanos no eligen entre proyectos de país, sino entre caricaturas. Es la democracia convertida en espectáculo, y los algoritmos aplauden cada golpe", explicó.

Garrido señaló que la violencia digital no solo proviene de ciudadanos anónimos, sino que también es alimentada por los propios actores políticos.

EL PADRÓN NO INFORMADO

Lucas Serrano, cientista político y académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS) sede Concepción, fue categórico sobre la pobreza del debate en redes sociales. "Sin duda alguna, es cierto que las redes sociales se han convertido en un elemento bastante fuerte en las campañas políticas. Sin embargo, el debate dentro de las redes sociales es muy pobre. No es constructivo, no es de calidad, no es profundo, y no se abordan los temas de fondo. Esto repercute también en los discursos que los candidatos pueden llegar a crear", señaló.

El académico destacó que el problema se agudiza con el voto obligatorio.

Sobre los bots y trolls, Serrano explicó que estos elementos "existen solamente para magnificar y amplificar el odio y los insultos, y cada vez son más parte del día a día, y cada vez son más difíciles de distinguir".

El cientista político enfatizó que esto genera una toxicidad muy fuerte en el entorno y requiere avanzar en regulación y legislación.

La política del escándalo y el dilema de la censura

Alexander Nanjarí, profesor investigador del Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del Desarrollo (Faro UDD), explicó que el auge de la violencia digital obedece a un fenómeno actual llamado "política del escándalo". "Mediante la comunicación en red y su instantaneidad, se busca acrecentar los discursos que evocan confrontación, utilizan la rabia y el descontento propio de las sociedades modernas", señaló.

El académico de la UDD destacó que este fenómeno se acentúa por el uso de algoritmos que producen refuerzos en las ideas y en estos discursos, muchas veces encantadores y populistas, pero que utilizan la violencia, el descrédito y el escándalo.

Nanjarí planteó un dilema complejo sobre la regulación. "La institucionalidad chilena debe garantizar la libertad de expresión, pero obviamente no aceptar y más bien limitar las amenazas a la integridad física o psíquica de los candidatos o de cualquier persona. Sin embargo, el riesgo o la tentación de establecer un gran censor puede generar la disyuntiva de entender que muchas veces la censura corre un riesgo tremendo frente a la degeneración que puede tener un custodio en su labor de resguardar la libertad de expresión", señaló.

Nanjarí advirtió que la violencia digital no solo afecta a candidatos, sino también a instituciones clave como el Ejecutivo o el Servicio Electoral. "Lo único que produce esta violencia es minar la legitimidad y la confianza de las personas y de la sociedad en su conjunto", concluyó.