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La Tribuna

Ningún municipio de la provincia ha presentado una solicitud formal para farmacias populares

por Marcos Sarmiento

Sólo Los Ángeles, Santa Bárbara y Nacimiento han realizado consultas técnicas para su próxima instalación.

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Desde que el pasado 15 de octubre del 2014 la Municipalidad de Recoleta, en la región Metropolitana, inaugurara la primera farmacia popular del país, muchos alcaldes manifestaron públicamente por los medios de comunicación y redes sociales su intención de replicar la medida en sus respectivas comunas, sosteniendo las ventajas que tiene este sistema para la ciudadanía, sobre todo para la población más vulnerable, como son los adultos mayores y enfermos crónicos, sin embargo, pasado los meses pocos municipios han concretado este afán, e incluso, algunos derechamente no han hecho ninguna gestión para una futura implementación.

Esta realidad no es ajena a la región del Biobío, ya que sólo 2 municipios de los 54 que la componen, han llevado a cabo la solicitud formal a la autoridad sanitaria, siendo estas las “casas municipales” de Ñiquén y San Carlos, en la provincia de Ñuble.

En la provincia del Biobío la situación es aún peor, pues ninguna de sus 14 comunas ha presentado una solicitud formal al respecto, figurando en los registros del Servicio de Salud Biobío sólo consultas técnicas para una potencial implementación.

Dentro de éstas se cuenta la municipalidad de Los Ángeles, Santa Bárbara y Nacimiento, quienes preguntaron sobre los requisitos necesarios para que el Instituto de Salud Pública (ISP), los faculte para instalar una farmacia popular en sus respectivos territorios.

TRABAS CON LOS REQUISITOS

Esta “desidia municipal” no se basa exclusivamente en prometer algo a la ciudadanía, sin siquiera cotejar si existen los medios técnicos y la infraestructura para llevarlo a cabo, sino que efectivamente la creación de una farmacia popular es un trámite engorroso, que necesita el cumplimiento de varios requisitos, varios de ellos asociados a grandes costos.

El primero de ellos dice relación con las instalaciones, las cuales deben ser de dominio del establecimiento que cumple la solicitud, fuera de contar con una persona individualizada como propietario y representante legal.

Le sigue la existencia de un profesional químico farmacéutico o farmacéutico, que acredite que asumirá la dirección técnica de la farmacia popular.

Tras ello, hay que cumplir con los requisitos de bodegaje, sala de ventas y cumplimiento de las cadenas de frío, en donde se solicita la presencia de estanterías adecuadas para el almacenamiento de los fármacos, la presencia de termómetros ambientales que midan temperaturas máximas y mínimas, y un refrigerador con el volumen adecuado para mantener la cadena de frío de todos los medicamentos que lo requieran, entre otras.

Para luego continuar con las especificaciones relativas a los productos, donde se exige la existencia permanente del petitorio  mínimo de medicamentos, que son 125, la presencia de remedios bioequivalentes y su lista de publicación a la vista de los usuarios, el etiquetado de todos los fármacos y la guía de precios a la vista de los consumidores.

Finalmente, se exigen los requisitos asociados con el cumplimiento de la reglamentación en la materia, y las condiciones ambientales del lugar de trabajo, como procedimiento ante respuestas a reclamos, reglamento de estupefacientes y psicotrópicos, reglamento de condiciones  básicas en los lugares de trabajo y texto sobre tratamiento de urgencias, etc.

Sobre estos y otros requisitos se pronunció el seremi de Salud del Biobío, Mauricio Careaga, quien dijo, que “las farmacias son centros de Salud que realizan acciones sanitarias, dirigidas por un químico farmacéutico; y de acuerdo al Código Sanitario, podrán instalarse de manera independiente, con acceso a vías de uso público o como espacio circunscrito dentro de otro; considerando estudios poblacionales y de cantidad de farmacias existentes para la fijación de turnos; y con un equipamiento que asegure el almacenamiento y conservación adecuada de productos farmacéuticos, así como el cumplimiento de condiciones sanitarias mínimas”.

LAS COMUNAS ADELANTADAS

Una de ellas es la Municipalidad de Nacimiento, quien tras efectuar la consulta técnica a la autoridad sanitaria, está evaluando los costos para instalar la farmacia popular en dependencias propias  o bien externalizar el asunto licitando a empresas privadas, sin embargo, aún no existen plazos para una solicitud formal a la autoridad sanitaria.

Más adelantados y al parecer con plazos concretos se encuentra la Municipalidad de Los Ángeles, quien ya tiene elegido el lugar y el mobiliario para su futura farmacia popular, restando la contratación del personal y la adecuación con la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast) del stock necesario para contar con los medicamentos mínimos que exige el reglamento, sosteniendo el alcalde comunal, Esteban Krause, que “la solicitud formal la haremos a final de mes (…) para contar desde mayo con una farmacia popular en la comuna”.

Una situación similar y quizás más adelantados se encuentran en el municipio de Santa Bárbara, en donde su jefe comunal, Daniel Salamanca, sostuvo, que “nosotros ya tenemos dispuesto el lugar físico, lo estamos habilitando y fue aceptado por la autoridad, también tenemos resuelto los recursos para la implementación y puesta en marcha, que fueron $24 millones ya aceptados por el Concejo. Finalmente la Cenabastaprobó el petitorio mínimo para el municipio, situación que está a la espera”.

Tras ello, el jefe comunal se aventuró a proponer una fecha para la realización de la solicitud formal ante la ISP, diciendo, que “cumpliendo con el petitorio mínimo, nosotros lo haremos formal, yo creo que no pasaremos de esta semana”.

 

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